"Querido hermano y amigo, señor Ruddy Rey, último chileno devorado por el monstruo de Viña del Mar:

Ruddy, por favor, te pido que en este momento de tristeza tengas templanza. No sé dónde estás en este instante. He escuchado rumores de que estás desaparecido. Calma, compañero. Te mando este mensaje para decirte que aquí estoy para apoyarte, yo, Lucho Arenas Jr., un padre de familia que toca la guitarra y que crre firmemente en el humor musical.

Ruddy, oh, me siento mal con lo que sucedió. Me siento mal porque el público no quiso escuchar tu trabajo. Y me siento mal porque yo, entre otros, ayudé a diseñar tu rutina. La ensayamos mucho, Ruddy, vaya que sí la ensayamos. Una y otra vez. Yo sugerí, modestamente, varias ciertos aspectos de la estructura. Y tú te aprendiste todo el libreto a la perfección. Produjimos algo mágico en los ensayos. Por eso hoy, tu tristeza es mi tristeza.

Y no te voy a mentir, Ruddy: igual me reí con tu rutina cuando la ensayabas. Me daban mucha risa las simpáticas caras que ibas poniendo. Me reí de forma sincera con tus juegos verbales, con tus canciones. Yo disfrutaba de ese humor musical blanco. No estaba disimulando, en serio, no eran risas falsas. Yo creí que eras gracioso. Y lo creo aún. Por eso, insisto, no te abrumes.

No fue tu culpa, campeón. Te entregaste, fuiste valiente, soportaste el tremendo abucheo, eran quince mil personas pifiando y tú ahí, parado, cantando con profesionalismo. Me emocioné, Ruddy, de verdad me dio una emoción fuerte mirar lo que iba pasando. La gente te tiró energía negativa. Nadie te escuchó. Nadie se fijó en las muecas que ponías. Sólo pifias, Ruddy, una avalancha de pifias. Pifias y más pifias.

Pero, llámame loco, no considero que fue un fracaso. Considero que lo que ocurrió fue, digamos, un traspié. Así se aprende, Ruddy, sacándose la cresta, cayendo, hundiéndose, siendo pifiado, maltratado por todo un país, siendo tildado de fome por toda la nación, en fin. De esto saldrás para arriba. Crecerás. Sé que la mala onda te pudo haber mareado. Pero te invito formalmente a ponerte de pie y a reinventarte.

Me preguntan los periodistas por tu desaparición. Uno sugirió que podrías atentar contra tu vida. Pienso que no te vas a suicidar. Lo dudo. Eres sumamente sensible, quizás algo frágil como todo artista, pero inteligente. No creo que hagas una locura. Tú, Ruddy, podrás ser cualquier cosa, pero desequilibrado no eres.

En todo caso, si estás pensando alguna tontera, por favor te ruego que te detengas.¡Detente, Ruddy Rey, en no nombre del humor musical! Eres brillante.

De pie, Ruddy, tú no eres fome. Te brindo mi apoyo incondicional. Es verdad que, durante el festival, la marea no dejó que el barco llegara a puerto. Pero tú seguirás remando. Rema, Ruddy, rema. Si quieres, si necesitas brazos fuertes, yo también remaré contigo. Rememos por el humor blanco, hermano. Y ten fe que saldrás adelante. Yo tengo esa fe. Sé que te levantarás. Sé que ahora estás en días de meditación, pero volverás como una estrella. No escuchos a la enorme cantidad de personas que dicen que no eres gracioso. Mírate a ti mismo y vuela.

Es el momento para reinventarse. Y cuando lo hagas, volverás a reír. Incluso, te reirás de ti mismo.

Que viva el humor.

Que viva Ruddy Rey".