Tras varios meses de espera e incertidumbre, el 3 de diciembre se inauguró la remozada plaza de Llolleo. En esa ceremonia, el alcalde Omar Vera hizo un especial llamado a la comunidad a cuidar este lugar de encuentro.

Desafortunadamente las palabras del alcalde no fueron escuchadas, ya que a tres meses de su inauguración, la plaza de Llolleo ha sufrido serios daños, siendo la destrucción del recién plantado ombú, uno de los más serios.

Carolina Castro, paisajista y supervisora de la plaza, explicó que "llama la atención la cantidad de daños que ha sufrido la plaza en tan poco tiempo. La mayoría de éstos se han registrado después de los fines de semana".

Los árboles y plantas que decoran la plaza han sido los más dañados desde su apertura al público.

"Las bugambilias estaban creciendo muy rápido después de que decidimos echarles harta agua, pero desafortunadamente, no sé por qué, algunas las arrancaron de raíz y se las robaron. Otras las dejaron botadas por cualquier parte y una de ellas fue plantada por encima y ahora se está secando", indicó Castro.

Agregó que "también se roban las flores que están en las jardineras ubicadas a un costado del anfiteatro. En algunas ocasiones se han llevado las jardineras completas. Esas flores deben ser repuestas constantemente".

Según la paisajista, "tampoco hay respeto por los cubresuelos. La gente pasa por encima de ellos. Tampoco cuidan el pasto. En una ocasión, arrancaron parte del pasto que colinda con calle Francia. Al parecer alguien se acostó sobre el pasto y comenzó a sacarlo de a poco".

A raíz del mal uso que le da la gente, los bebederos también han sido destruidos. Muchos no saben que estos funcionan con un pulsor que al apretarlo sale agua y ésta se detiene cuando el pulsor vuelve a su lugar.

"Algunas personas creen que los bebedores son como las llaves de agua y los giran y giran y al final lo que hacen es soltar las piezas. En una ocasión se robaron una pieza que era de bronce y el resto quedó esparcido por toda la plaza. Al final tuvimos que comprar la pieza afuera porque en San Antonio no estaba", contó Castro.

ombu

Carolina aseguró que al ombú, el árbol del corazón que fue plantando en reemplazo de antiguo, le colocaron unas mallas alrededor para que la gente no se subiera a sus ramas, pero la medida no dio resultado.

"Este no es un árbol común. Tiene una corteza muy delgada y por eso no es bueno subirse a sus ramas", explicó.

skate

Ernig Muñoz, directora de la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato del municipio, lamentó los daños en la plaza y aprovechó para hacer un llamado a los jóvenes amantes del skate, que han comenzado a utilizar el anfiteatro como una pista para practicar sus acrobacias, causando más de alguna molestia a los usuarios de la plaza.

"El otro día fui a conversar con ellos, pero no me tomaron en cuenta. En la plaza Estrella ellos tienen un lugar especial para practicar su deporte", señaló Muñoz.

Añadió que "hemos recibido hartos reclamos de personas que pasean con sus hijos y que han sufrido algún accidente por culpa de estos jóvenes. Incluso hace unos días uno de ellos sufrió una fractura en una de sus manos luego de quedar atrapado en uno de los fierros de la bajada al anfiteatro".

Diario El Líder pudo comprobar que las huellas de las patinetas están por todos lados. "Quiero reiterar el llamado que hizo el alcalde cuando la plaza fue inaugurada. Por favor, cuídenla porque es de todos", imploró Muñoz.

María Cepeda, de la confitería Amanda, ubicada en Inmaculada Concepción 216, contó que en más de alguna ocasión ha visto cómo algunos causan daño a la plaza, en especial al ombú.

"He visto hasta adultos subirse a ese árbol, sobre todo cuando realizaban esos espectáculos", denunció.

"La gente pasa por cualquier parte. También he visto a algunos niños jugando en los bebedores, sin que sus papás les digan nada. Al parecer los chilenos somos descuidados y sucios. Una pena", lamentó.

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