Hermano de Chinoy habla de su milagrosa recuperación tras grave accidente en motocicleta
Se fracturó en cinco partes la tibia y en dos el peroné e incluso le dijeron que podían amputarle su pierna. A cinco meses de la tragedia, ha vuelto a caminar y habla sobre lo ocurrido.
La noche del 11 de octubre del 2013 pasó de la celebración al dolor para Christian Castillo, hermano del cantante sanantonino Chinoy.
Luego de disfrutar con su familia y amigos la inauguración de unas canchas de fútbol y de ver el empate (3-3) de la Selección Chilena con Colombia, Christian se dirigía a su casa para festejar su cumpleaños, pero a mitad de camino los planes cambiaron.
Un furgón escolar impactó su moto y él, junto con su acompañante, quedaron gravemente heridos. Se fracturó la tibia en cinco partes, el peroné en dos y su familia había sido alertada para el peor de los desenlaces: la amputación.
"La recuperación de mi hijo ha sido milagrosa", comenta Mauricio Castillo, su padre, a cinco meses del accidente. Y es que superando todo pronóstico, Christian no perdió ninguna extremidad y antes de lo previsto, ya está caminando.
Los médicos pronosticaban mínimo seis meses en tratamiento y una recuperación total de un año, pero los esfuerzos de sus padres y su voluntad por salir adelante le torcieron la mano al destino.
"Estuve dos meses en cama, sin poder hacer nada. Recién para la Navidad me levanté y fue para sentarme a la mesa", recuerda Christian.
Y es que después de ser un joven deportista, pasó a no poder moverse. Debió congelar sus estudios de Ingeniería Agrícola y dependía de otras personas para realizar cualquier tipo de actividad.
"Al principio se pierde hasta la privacidad, la esencia de uno. Me tenían que hacer limpieza, me tenían que bañar. Los dolores eran insoportables por lo que no me podía ni mover", explica el joven.
Cinco operaciones fueron las que tuvo que enfrentar. Primero le pusieron tutores externos, sesiones de limpieza de las heridas y hasta un injerto de hueso de su cadera para poder reconstruir su pierna fueron parte del proceso.
"Su recuperación fue un tiempo muy difícil, pero con mi señora nos empeñamos en sacarlo adelante", dice su papá. Y agrega: "Él nunca decayó, nos mostró su fortaleza y eso nos servía a nosotros también. A pesar de lo mal que estaba, siempre hacía bromas. Tuvo mucho coraje para enfrentar la situación".
El accidente
"Lo único que hice fue cerrar los ojos, porque sabía que ya no alcanzaba a frenar y cuando los abrí vi a mi amigo un poco más allá. Inconsciente. Yo estaba debajo del furgón y le tuve que empezar a pegar combos porque lo habían echado a andar y se quería mover pasando por encima mío", recuerda Christian sobre el momento del accidente.
Dice que no sintió dolor de inmediato, sino hasta que empezó a llegar gente alrededor: "Tenía sangre, el pantalón roto: me miré la pierna y la planta del pie estaba mirando hacia arriba".
Christian estuvo casi tres semanas hospitalizado en Valparaíso y San Antonio, pero sus padres buscando siempre lo mejor, decidieron trasladarlo al IST de Viña del Mar.
"Allí fue donde la junta de médicos decidió hacerme el injerto y ponerme una placa al hueso. Gracias al IST hoy estoy caminando, me salvaron la pierna", reflexiona Christian.
Para su padre verlo caminar, e incluso correr si es necesario, ha sido un milagro.
El joven comenta que "los médicos en un principio hablaron de la amputación porque era muy complejo el tema de la operación. Se me había muerto mucha carne en la pierna, se me cortaron tendones, ligamentos, era muy complicado, además que un hueso se cortó tanto que por eso hubo que regenerarlo con el injerto".
La noche del accidente el furgón escolar que impactó su motocicleta, se dio a la fuga y fue ubicado horas más tarde por Carabineros. Una persona que estaba en estado de ebriedad se atribuyó la responsabilidad del accidente. Sin embargo, los peritajes de la Siat aún no llegan, por lo que no se han esclarecido las responsabilidades y todo el costo de la recuperación ha sido financiado por la familia Castillo.
"Duele mucho ver a un hijo sufrir, por eso nos preocupamos de que tuviese el mejor tratamiento y de a poco se fue poniendo de pie", dice su papá.
En enero de este año comenzó su tratamiento kinésico apoyado en dos muletas, aunque según explica, no podía estar mucho rato con ellas porque se le iba toda la sangre a la pierna y ésta se le hinchaba, provocándole mucho dolor.
"Empecé pisando con el 20% del peso de mi cuerpo y a fines de febrero fui a mi último control y el hueso del injerto se había afiatado bien, por lo que me dijeron que podía empezar a caminar y hacer una vida normal, no deportiva", cuenta.
Volver a ponerse de pie
El momento en que un hijo aprende a caminar suele ser emocionante para cualquier padre y Mauricio Castillo tuvo la oportunidad de vivir esa experiencia dos veces con su hijo Christian.
"Verlo dar sus primeros pasos después de tantos meses en cama fue conmovedor. Primero apoyado en los bastones y luego sin ellos, fue un proceso largo, pero bonito", cuenta Mauricio.
En un principio los médicos dijeron que recién en abril podría empezar con ejercicios para en un futuro volver a caminar, pero su recuperación fue vertiginosa, aunque lamentablemente no ha podido retomar todas sus actividades.
Recién en el segundo semestre volverá a sus estudios de Ingeniería Agrícola y aún no hay fecha para los deportes.
"Jugaba mucho al fútbol, también tenis y salía a trotar", recuerda Christian. Y es que a pesar de que ahora puede correr de la puerta al auto si está apurado, no es posible aún que haga deportes.
Christian dice que después del accidente no quedó con miedo, pero no volvería a manejar una moto: "Por respeto a mis papás no la voy a ocupar de nuevo, si la arreglo va a ser para venderla", asegura.
los gastos
"Tenemos una gran deuda, mi esposa trabaja como profesora y yo también y además, cuando salgo del colegio me voy a otro trabajo hasta la madrugada, todo para solventar los gastos de la recuperación", dice Mauricio.
Y es que desde que decidieron trasladar a Christian al IST de Viña del Mar, todos los gastos han sido particulares, incluso la ambulancia que tuvieron que contratar para que lo trasladara desde San Antonio a la Ciudad Jardín.
Durante el verano además, el cantante Chinoy vino a realizar un concierto en beneficio de Christian.
"Con mis hermanos (Chinoy y Kaskivano) no tenemos mucho contacto debido a sus carreras y familias, pero aún así ellos estuvieron dispuestos para venir a ayudarme y nos fue muy bien", explica Christian.
El joven bromea dando como consejo que "no manejen motos", pero está consciente que fundamental que él y su acompañante hayan ido usando casco y a poca velocidad para poder contar esta experiencia ahora. Además agradece a sus papás y a todos quienes le prestaron apoyo durante los primeros meses de su recuperación: "En un momento me vi complicando con el tema de que me podían amputar la pierna y dan ganas de rendirse, pero el apoyo fue fundamental", cuenta.
Por el momento a la familia Castillo le queda, por una parte esperar el dictamen de la justicia y por el otro seguir adelante con el tratamiento de Christian para que su recuperación sea completa, lo que incluye saldar los gastos asociados.J