A los llamados de incendio acuden todos los bomberos sin mirar a quien van a servir. Esta vez a un voluntario de San Antonio el llamado lo tocó de cerca, pues la casa que se estaba quemando era la suya.

Daniel Vera llegó junto a los Bomberos hasta el pasaje Valencia, en el cerro Alegre, donde ardía una habitación de la casa de material ligero.

Dos compañías de voluntarios ayudaron a apagar las llamas, las que lograron controlar antes de que se propagaran al resto de la casa.

"No sabemos por qué se originó el incendio, pero debe haber sido alguna chispa de algo. La unidad especializada de Bomberos se encargará de establecerlo", explicó Daniel Vera.

Según contó la dueña de casa, Luisa Jiménez, se trataba de una pequeña habitación que estaba desocupada desde hace un año y que por ello tenía "cachureos" allí.

Cuando fue el incendio en la casa sólo se encontraba Luisa, quien tiene 85 años y problemas para caminar.

Vecinos del lugar fueron a advertirle que salían llamas desde la habitación de atrás y la ayudaron a arrancar.

"Justo a esa hora yo andaba buscando a mis hijos en el colegio y mi hermano estaba en el trabajo", explicó Isabel Vera, hija de la abuelita dueña de casa.

Afortunadamente el fuego no afectó a la mujer y no hubo personas damnificadas tras el siniestro.

La abuelita regresó a su casa y se encontró con su hijo bombero, momento en que se emocionó.