Sondeo: el catolicismo dejó de ser la religión dominante en Chile
Hace 18 años el 74% se decía católico. Hoy sólo el 57% se considera fiel.
Aunque se mantiene como la religión con mayores fieles del país, el catolicismo ha perdido seguidores en los últimos 18 años. En 1994 el 74% se reconocía seguidor de dicho credo, sin embargo, en 2013 la cifra bajó al 57%. Así lo reveló la última entrega del estudio Latinobarómetro "Las religiones en tiempos del Papa Francisco", difundido ayer. Este aseguró que pese a la supremacía católica, ésta "dejó de ser la dominante".
El estudio aseguró que a un año de que asumiera el Papa Francisco "ni la declinación del catolicismo es tan acentuada y universal como se oye decir, ni la evolución de las creencias es lo esperado".
En el caso nacional, Chile es el segundo país de la región (después de Uruguay) donde la cantidad de católicos se acerca a la cifra de agnósticos/ateos. En 1995 la distancia entre ambos eran 65, hoy son 32. Según concluyó el estudio, el caso es el más sorprendente pues "Chile no tenía una tradición de agnosticismo hace dos décadas (...) es un fenómeno nuevo", estableció, a diferencia de lo que ocurre en el país charrúa.
El informe, además, relaciona ese proceso con el crecimiento económico que el país ha tenido en ese mismo periodo y asegura que es el único de la región en la que se puede hacer esa relación.
Otro de los puntos donde el caso nacional sorprende es en la confianza a la Iglesia, que llega a un 44%, el menor de toda la región.
De hecho, el promedio de Latinoamérica asciende al 60%. Chile incluso supera a Uruguay, el más agnóstico.
Región católica
En su entrega anual, el Latinobarómetro reveló que 12 de los 18 países medidos tiene al menos un 60% de católicos. Chile y El Salvador son los que tienen más de la mitad, pero no superan esa cifra.
Tras conocer los resultados del informe, el vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, aseguró que no se sorprende de la baja en los creyentes e incluso admitió que esperaban una disminución más pronunciada de la que fue. "Son tendencias que relegan lo religioso a lo privado. Pero la creencia es robusta y en muchos casos no es que se deje de creer en la propuesta de la Iglesia, sino en sus exigencias morales", dijo a La Segunda.
Sin sorpresa
