Los olvidados de Iquique
Los damnificados del terremoto del 1 de abril dicen que el incendio de Valparaíso los hizo desaparecer del mapa. Ya no hay ni televisión ni rostros. Y ellos llevan más de veinte días viviendo en carpas.
Hace 20 días, un aparatoso camión de televisión se encontraba afuera del hotel Terrado. Hace 20 días, era fácil hallar a Santiago Pavlovic caminando afuera del hotel. Hace 20 días, Amaro Gómez Pablos evacuaba junto a la gente. Hace 20 días, Marcelo Lagos se paseaba con casco en una especie de Hummer militar. Hace 20 días, Mónica Rincón hacía notas en todos lados. Hace 20 días, todo Chile estaba pendiente de Iquique.
Hoy la situación es distinta.
"La televisión nos olvidó", dice Rossana Morales, de 52 años. El incendio de Valparaíso los dejó sin periodistas. "Nadie esperaba una catástrofe tras otra, pero así es Chile", dice subiendo los hombros Rossana, quien hace 20 días no puede entrar a su departamento en un piso tres en el condominio Pablo Neruda.
El condominio, donde habitaban alrededor de mil personas, es uno de los edificios declarados inhabitables tras el terremoto. Las personas siguen viviendo en carpas. Rossana no entra a su departamento por temor y porque la losa quedó a punto de desplomarse.
Rossana, quien por estos días vive de allegada, recuerda que tuvieron a todos los canales al interior de su edificio. Dice que la presencia de cámaras la hacía sentir que estaban muy mal, pero al final era algo bueno pues de esa manera generaban compasión y ayuda solidaria.
"Estaba todo el país mirándonos, preocupados por lo que nos estaba sucediendo. Ahora es distinto. El Mega es el único que sigue acá. Sin embargo, no ha ido en los últimos días", dice la mujer.
La culpa de Valparaíso
"Valparaíso tuvo la culpa". "El incendio en Valparaíso retrasó el arribo de las mediaguas". "El camión con mediaguas debió regresar a mitad de camino". "El incendio en Valparaíso nos perjudicó". "Mientras más cerca de Santiago, mejor la ayuda".
Este tipo de frases salpican entre los vecinos que viven en carpas al costado de los edificios del sector conocido como Las Dunas.
Un baño para ducharse es por ahora el afán de Romina Baltazar, de 38 años. En consecuencia, llama a un familiar. La persona no contesta, mientras el rostro de Romina se estira. Es mediodía. La mujer desiste. En unos minutos volverá a pedir el favor.
Los vecinos, que hace 20 días habitan en carpas iglú en un cerro blando de Iquique y frente a sus departamentos agrietados, están aburridos de pedir baños prestados para ducharse. El problema es que tendrán que seguir viendo caras por no saben cuánto tiempo. Esa idea los desespera.
Las Dunas es un conjunto de edificios de ladrillos rojos que fueron entregados a finales de los años "90. A diferencia del condominio Pablo Neruda, son viviendas sociales. Los terremotos de Iquique dejaron inhabitables a los edificios.
Romina Baltazar, desde el interior de su carpa, dice que pronto los demolerán. Ella y su familia arrendaban. No sienten tanto la demolición. Ahora esperan una mediagua y que el Gobierno les solucione los problemas.
Señora Bachelet…
Ni hablar del ánimo. El terremoto está vivo en ese cordón de carpas. Las carpas hablan a través de letreros. Las letras son para la Presidenta Bachelet. La palabra que más se repite es "olvido".
No cuesta deducir que los vecinos se sienten olvidados. Debajo de ellos, la ciudad comienza retomar su ritmo normal. La tierra comienza a tranquilizarse. Los chicos regresan a los colegios. La Zofri abre a cuenta gotas.
Romina Baltazar vuelve a intentar la llamada telefónica. Ahora le contestan. Le dicen que en quinces minutos vaya a ducharse. La mujer, toalla en mano, sale de la carpa y se pierde entre los pasajes cercanos.