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100 años han pasado desde que Ramón Unzaga enseñó al mundo su espectacular "Chilenita"

El nieto del creador de la jugada que cambió la forma de vivir el fútbol, relata detalles sobre la vida del multiatleta.
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"El vasco" desprendió los pies del suelo y se elevó, así, sin más, como si para él, no existiera ley de gravedad. La jugada sólo pasó por su cabeza, ni siquiera se detuvo a pensar si lo que imaginó tendría éxito. Con la misma tenacidad y convicción con la que abordaba todos los partidos, el mediozaguero Ramón Unzaga Asla, giró en el aire de manera tal, que su espalda quedó casi complemente extendida a lo largo de la cancha, a la vez que sus atléticas piernas se separaron con fuerza para despejar el balón centrado que amenazaba el área de la invencible Selección de Fútbol de Talcahuano.

Aplausos, gritos y vítores. Los espectadores que asistieron al Estadio El Morro el viernes 16 de enero de 1914, disfrutaron de un momento de fantasía, donde pareció que el fibroso cuerpo de un metro setenta de altura, se mantuvo suspendido en el aire por mucho tiempo. Pero nada de eso, sólo fue un instante, segundos llenos de magia, elasticidad y técnica aérea futbolística. Fueron testigos privilegiados del nacimiento de la "Chilena".

El creador

El creador

El hombre de 20 años de edad, autor de la jugada que cambiaría la forma de vivir y disfrutar del fútbol, era un joven oriundo de Bilbao, España, nacionalizado chileno, cuya familia se había venido desde la Península Ibérica para recalar en la región del Bío Bío. Ramón Unzaga contador egresado del Colegio de los Padres Escolapios de Yumbel, era más que un futbolista. Era un deportista completo, un héroe olímpico griego especialista y seleccionado nacional de waterpolo, 100 metros planos, 110 metros con obstáculos, lanzamiento con jabalina, salto alto y con garrocha, últimas dos disciplinas que habrían sido motor sinérgico para la creación de la "Chorera", el primer nombre con la que fue conocida la maniobra.

"Cuando salió de contador se fue a trabajar a las minas de carbón de Schwager, donde empezó a jugar a la pelota y a destacar desde el principio. Fue ahí cuando lo vio gente de Talcahuano los que lo tentaron para que se viniera al puerto. Le ofrecieron trabajo en Astilleros de La Armada y se quedó jugando y trabajando (...), era un atleta completo, seleccionado de fútbol, waterpolo, campeón nacional de 100 metros planos, 110 con vallas, además de salto alto y con garrocha, todas esas capacidades técnicas que aplicó para hacer la "Chilena"", explica Ramón Unzaga, nieto de legendario jugador chorero.

El descendiente del creador de la "Chilenita", es un reconocido docente universitario de la carrera de Prevención de Riesgos en la Octava Región, pero el cual ha tenido que cargar muchas veces con el nombre y el legado inmortal de su abuelo. Algo que según confiesa, pesa, pero que es algo que lleva con mucho orgullo y responsabilidad, aunque no haya sacado sus mismos dotes futbolísticos.

"Para mi llevar su nombre y apellido fue un peso, porque fue comparado con grandes jugadores, como Pelé y otros de talla mundial y porque lamentablemente no saqué las habilidades de él. A mí me dijeron que tenía que estudiar y a eso me dediqué", afirma Unzaga.

Y es que llevar el mismo nombre de un jugador que tiene inscrito con letras de oro su sello en la historia del fútbol, debe ser complejo. Más aún cuando "El Vasco" tiene otras jugadas que parecieran ideadas por creadores de animación japonesa, las cuales ni siquiera existen en los registros oficiales.

"Mi abuelo también fue creador de otra jugada que no se ha difundido, porque es el único que la ha hecho. Según me contaron, sus amigos y mi abuela, él podía saltar por encima de la cabeza de los rivales con sus piernas abiertas para así poder ganar los cabezazos, algo jamás igualado", dice.

de américa al mundo

de américa al mundo

Si bien el registro de la primera chilena ejecutada en un partido está en los pastos de "El Morro", no fue hasta el campeonato Sudamericano de fútbol realizado en la Región de Valparaíso en 1920, donde la jugada tomaría real notoriedad para así expander su fama por América y luego, en el mundo entero.

La Selección Chilena representante de aquel torneo, tenía en sus filas a Unzaga y otros siete jugadores de la "Escuela Chorera", nombre con los que eran conocidos aquellos jugadores que venían desde Talcahuano, puerto que, por aquel entonces, era famoso por la calidad de sus jugadores, los que conformaban la base de aquel representativo.

Al campeonato estaban invitados, argentinos, uruguayos y brasileños, los que gracias a la exhibición de Unzaga, pudieron ver la ejecución de la acrobacia una y otra vez, generando el asombro y admiración de los periodistas de los países invitados.

"La jugada se hizo famosa en el campeonato sudamericano, porque la hizo en varias ocasiones. Los periodistas argentinos quedaron maravillados con la jugada y la bautizaron "La Chilenita". Los uruguayos igual se volvieron locos y le pusieron el sobrenombre "Trizaga" a mi abuelo, porque decían que la jugada equivalía hacer tres goles. Después de eso, la acrobacia fue replicada por otros jugadores y se expandió por todo el mundo, pero todo gracias a él", relata Unzaga.

Pero no todo fue reconocimiento y buenos ratos para Ramón Unzaga Asla tras ejecutar su característica y alucinante jugada, pues tuvo varios encontrones con distintos árbitros, los que le sancionaban falta en su contra, al considerar el giro en el aire como una maniobra peligrosa. Aquella situación quedó en los registros del diario El Sur de Concepción en su edición del 30 diciembre de 1918, donde "El Vasco", detalla un conflicto con un juez, el que terminó, incluso, en los golpes.

"En dos ocasiones el árbitro me cobró falta por un salto de lujo que daba a fin de rechazar la pelota, alegando que fouleaba al jugador contrario. Este mismo jugador se aprovechó de mi jugada y el árbitro me cobró para colmo, a mí la falta. Me vi obligado a observarle al árbitro su error, alegándole que reconocidos jueces no me la habían penado. Siguió después un cambio de palabras que trajo por resultado la orden del señor Beitía (el árbitro) para que abandonara la cancha. Me negué a salir de la cancha. Y para arreglar cuentas lo hice y al lado, afuera de ella, tuve con el señor Beitía un cambio de bofetadas", se puede leer en el extracto, el que además, es el primer registro periodístico donde se hace referencia a la jugada que Unzaga Asla haría inmortal.

ataque fulminante

ataque fulminante

Tras mostrar al mundo su impresionante capacidad técnica y deportiva sustentada en la creación de la "Chilena", el mítico jugador chorero fue tentado para vestir casaquillas de varios clubes extranjeros, algo que "Trizaga" nunca aceptó. Su corazón estaba en Talcahuano, con su esposa Rosa Zapata y el club de sus amores: el Estrella de Mar, donde jugó desde 1917.

Pero pesar de su gran condición atlética, físico desarrollado y de haber practicado múltiples deportes durante casi toda su vida, "El Vasco" falleció de un ataque al corazón fulminante, el 31 de agosto de 1923, a los 29 años de edad.

"Lamentablemente mi abuelo falleció joven, en la comuna de Cabrero, cuando en todo caso ya estaba un poco más retirado de la actividad deportiva. Aunque siempre se mantenía jugando fútbol de forma periódica, porque era su pasión", afirma su nieto, mientras mira con emoción el cuadro donde guarda las 80 medallas de distintas disciplinas deportivas ganadas por su tata. J

"Era un atleta completo (...), todas esas capacidades técnicas las aplicó para hacer la 'Chilena'".

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