Las bajas de peso
Las leches de baja calidad no existen. Las bajas de peso tienen mucha más relación con una menor producción de leche, por poco frecuencia de mamadas o con una mala técnica de acople del niño al pecho materno.

Las leches de baja calidad no existen. Las bajas de peso tienen mucha más relación con una menor producción de leche, por poco frecuencia de mamadas o con una mala técnica de acople del niño al pecho materno.
La lactancia debe ser uno de los procesos más importantes para la unión entre una madre y un hijo. Es un acto donde no sólo influyen factores fisiológicos, sino que también la cercanía y la continuidad. Y las mujeres tienden a hacerlo sólo por instinto.
Cuando se da a luz, nacen una serie de dudas que resolver y mitos que derribar y son principalmente las madres, amigas, primas y tías que tienen hijos las que dan cientos de consejos diciéndote lo que debes o no hacer.
Pero para que ello no ocurra, en conjunto con la enfermera matrona, consultora en lactancia y coordinadora del programa "Protagonista de mi parto" de la Clínica San Carlos UC, Francisca Orchard, enumeramos y reparamos 15 mitos comunes que existen sobre la lactancia.
Mito 1: Amamantar frecuentemente al niño reduce la producción de leche, produce un reflejo de eyección débil y el fracaso de la lactancia.
La producción de leche está relacionada con la frecuencia de mamadas y la cantidad de veces que la glándula se vacía. La producción de leche funciona en relación a la demanda, es decir, entre más le pido producir, más leche me da.
Mito 2: Una madre necesita amamantar únicamente de cuatro a seis veces cada 24 horas para mantener una buena cantidad de leche.
Las investigaciones nos han mostrado que cuando la madre amamanta precozmente (dentro de la primera hora post parto) y frecuentemente (8 a 12 veces en las primeras semanas), la producción de leche se ve aumentada, su hijo incrementa mejor de peso y hay una mayor probabilidad de que su lactancia sea más prolongada.
Mito 3: Los niños obtienen toda la leche que necesitan durante los primeros cinco a diez minutos de mamar.
Mientras que muchos niños mayores pueden obtener la mayor parte de su leche en los primeros cinco a diez minutos, esto no se puede generalizar para todos. Los recién nacidos, que están aprendiendo a mamar y no siempre son eficientes en la succión, a menudo necesitan mucho más tiempo para alimentarse. Más que mirar el reloj, permite a tu hijo tomar todo lo que quiera hasta que muestre señales de saciedad, como el auto-desprendimiento, y sus manos y brazos relajados. Aprende a mirar cuando tu hijo dice "ya no quiero más".
Mito 4: Es la cantidad de leche que el niño consume, no si es leche materna o de fórmula, lo que determina cuánto tiempo aguanta un niño entre dos tomas.
Una dieta saludable de verduras, frutas, granos y proteínas es todo lo que una mamá necesita para proporcionar los nutrientes adecuados para producir la leche. El calcio se puede obtener de una variedad de alimentos no lácteos, como las verduras de color verde oscuro.
Mito 5: Nunca despiertes al niño que duerme.
Aunque la mayoría de los niños harán saber el momento que necesitan comer, en el período de recién nacidos algunos son más flojos y no pueden despertar suficientemente por sí solos. La mamada poco frecuente puede ser causada por falta de madurez del niño, ictericia, partos traumáticos, medicamentos maternos o sobreuso de chupete.
Mito 6: El metabolismo del niño se encuentra desorganizado al nacer y requiere que se le imponga una rutina u horario para ayudar a resolver esta desorganización.
Desde el nacimiento los niños tienen patrones de alimentación, sueño y vigilia. No es un comportamiento desorganizado, sino más bien refleja las necesidades específicas de esta etapa de la vida. Con el tiempo los niños van adaptando sus ritmos al ambiente que los rodea sin necesidad de entrenamiento.
Mito 7: Las madres lactantes deben usar siempre ambos pechos en cada toma..
Las causas más comunes de problemas en la cantidad de leche son las tomas poco frecuentes y/o el mal acople del niño al pecho. El estrés, la fatiga o la desnutrición son raramente causa de la insuficiencia del suministro de leche.