Ïdolos del planeta fútbol
'Cuando firmó en la Juventus, le preguntó al presidente del club quién pateaba los penales. El directivo respondió que el primer tirador era Alessandro del Piero y el segundo, Andrea Pirlo. Vidal afirmó: «No se preocupe, ahora los voy a patear yo y seremos campeones»'.
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'Cuando Vidal innovó en la peluquería y apareció con un corte más agresivo, el diario La Cuarta lo llamó 'Celia Punk» y el nombre pegó de inmediato en los hinchas.
Pero no siempre fue así. De pequeño, Vidal sufrió mucho y solía andar triste. «Tenía muchos problemas en casa y no había mucho que comer. Un día decidí que no podía continuar así y desde aquel momento comencé a sonreír. Creo que es importante. Es mi modo de vivir: la sonrisa te ayuda siempre», dice Arturo'.
(Crónica 'El rey de la colina' de Chomsky)
'Roberto Garro, que estudió comercio exterior y hasta hace unos meses trabajaba en el área de montaje eléctrico en una empresa antes de que lo despidieran, jugó con Gary en el equipo adulto del Sabino Aguad cuando todavía era un adolescente. Como su amigo era el muchachito que ascendía en las divisiones inferiores de uno de los tres clubes más importantes del medio chileno, inmediatamentese convertía en una presa admirada y al mismo tiempo recelada.
Lo querían ver, provocar y golpear. Lo que no sabían era que la víctima era más bien el depredador. Le pateaban las canillas y él los agredía. Lo picaneaban y él los escupía de vuelta. Lo derrotaban y él regresaba una y otra vez para vengarse.
Fuera o dentro de la cancha, con rivales o miembros de las barras, ellos armados con cuchillos o con pistolas, Gary los enfrentaba sin medio alguno porque así se había formado en su población y en su club. Guapeza por guapeza era su moral. Un día, hace cuatro años, en 2010, cuando Medel jugaba en Boca Juniors y estaba a punto de llegar a su primer mundial, el de Sudáfrica, llegó de visita con una novia argentina a la sede del Sabino Aguad. Allí confesó:
-A qué le puedo tener miedo, a quién, si jugando acá me amenazaron con una pistola en la cara.
Medel se armó como jugador y como hombre bajo esta dualidad. No le teme a los países a los que va a vivir, a las nuevas ligas en las que juega, a los equipos donde es contratado o a los jugadores con los que compartirá o enfrentará'.
(Crónica 'El que llega y el que no' de Luis Miranda Valderrama)
'La siesta es uno de los tesoros más preciados por el primer genio del fútbol del siglo XXI. Sáquenle el control remoto de la tele, el Play Station, los chicles de la mesita de luz o alguno de sus trofeos de las vitrinas, todo lo permite, pero déjenlo dormir un rato en la tarde, porque si no, se arma. El hábito lo adquirió cuando se le descubrió su enfermedad: la medicación le generaba cansancio. «No existían contraindicaciones, por lo que Leo podría jugar al fútbol tanto como quisiera. El único pequeño inconveniente es que, de vez en cuando, un niño que sigue este tratamiento puede fatigarse un poco, por lo cual le aconsejaron que se acostumbrara a dormir una siesta», recuerda el endocrinólogo rosarino Diego Schwarzstein, quien recibió a la familia Messi en su consultorio cuando Lionel tenía nueve años'.
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'-Ahora venís dulce, ¿pero aprendiste a bancarte las derrotas o seguís haciendo berrinche como cuando jugabas con tus hermanos y primos? -le pregunté en plena avalancha de títulos con el Barça de Guardiola.
-No lloro ni pataleo, pero nunca voy a aprender a perder. Perder es algo duro, no le gusta a nadie'.
(Crónica 'Messi en diez breves historias' de Diego Borinsky)
'La exhibición de virtuosismo sin pausa que Neymar derrochaba cada semana se convirtió en un irresistible imán para la prensa. Cataratas de tinta, horas y horas de radio y televisión fueron dedicadas a escudriñar cada detalle de la vida del fenómeno que venía a ocupar el vacío dejado por el retiro de Ronaldo. De Neymar se sabía que era un coleccionista de relojes y perfumes, que guardaba chocolates y un oso de peluche en su armario del Centro de Entrenamiento del Santos, que se depilaba las piernas y los brazos y se cuidaba las uñas de manos y pies, que le hicieron un tratamiento de ortodoncia para emparejarle la dentadura, que pasaba horas jugando con sus amigos partidos del FIFA en la consola. Y por supuesto, que el peluquero Cosme Salles era el responsable de sus extravagantes peinados mohicanos'. (Crónica '¿Verdadero o falso?' de Rodolfo Chisleanschi)
'«Messi hace lo imposible, Agüero lo inesperado», precisa el escritor y ensayista argentino Fabián Casas. A diferencia del delantero del Barcelona, que parece un futbolista sintético, preparado en un laboratorio de alta tecnología, Agüero es un jugador sanguíneo, terrenal, incluso más sensible. En Messi no hay duda, en Agüero sí, lo que lo convierte en un deportista más cercano, acaso más querible. Cada vez que Agüero toma la pelota una corriente de electricidad invade el terreno. Hay una sensación de que cualquier cosa puede ocurrir...'
(Crónica 'El Kun' de Pablo Perantuono)
'«Mi hija Silvia nos contaba todo el desmadre que hacía Javi en la escuela. Yo digo que se calmó el día que se tragó un clavo. Sí, se comió un clavo. Pero a Javi no le gusta hablar de eso y yo no te voy a platicar»'.
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'-Dime si sirvo, si no para no hacerme tarugo.
-Tienes disciplina, mijo, y eso es lo único que importa en el fútbol. Y ahora limpiate los ojos y deja de pensar pendejadas'.
(Crónica 'En el nombre del padre, del hijo y del fútbol' de Alejandro Almazón)
'En el libro «El Tigre de Dios», del periodista español Javier León Herrera, el propio Radamel Falcao lo deja bien claro: «Tengo un estilo de vida claro basado en la palabra que trato de poner en práctica.
Me equivoco como cualquier ser humano, pero Dios me ha hecho entender que soy afortunado con mi talento y que este es un instrumento con el que puedo ayudar»'.
(Crónica 'Ese extraño y enorme acto de fe llamado Radamel Falcao García' de Mauricio Silva Guzmán)
«Cuando Luis Suárez debuta en primera división, no me olvido más, la hinchada lo chiflaba, lo abucheaba», recuerda Enríquez, entonces gerente deportivo de Nacional. «La verdad es que erraba uno, erraba dos, y recién metía uno. A veces tenía cinco posibilidades y no hacía dos. La gente lo insultaba. Y como el técnico lo seguía poniendo, los insultos se sumaban. Pero Luis tenía una fuerza anímica enorme, un temperamento que ya traía de juveniles: no le importaba nada y no se doblegó.»
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«Siempre hacía goles y sabíamos que iba a llegar, pero nunca nadie imaginó que estaría donde está hoy. Fue la fe en él mismo y su fortaleza lo que lo llevó tan alto», dice (su madre). «Yo soy creyente y sé que Dios lo eligió».
(Crónica 'El uruguayo que mordía' de Leonardo Haberkorn)
'Valencia entró como reemplazo nada menos que del jugador portugués Cristiano Ronaldo al Manchester United. Fue un gran peso el que debió afrontar desde el inicio pues Ronaldo no solamente era un gran goleador sino que, además, podía por derecha, izquierda y centro, a diferencia de Luis Antonio que solo lo hace por derecha. Luego de un debut amistoso en la Copa Audi contra Boca Juniors de Argentina con un gol de Antonio para el 2 a 1 de la victoria, se fue convirtiendo, en sucesivos encuentros, en el mejor socio de los delanteros, en especial de Wayne Rooney. Fue acumulando galardones en su solapa roja: Mejor Jugador del Mes (noviembre y también diciembre de 2009), Mejor Jugador Extranjero (2009), Mejor Jugador del Partido (febrero de 2010, cuando llegó a ser por primera vez campeón junto al Manchester por el triunfo sobre Aston Vila). Así, se fue convirtiendo en lo que todo el mundo piensa cuando piensa en Antonio Valencia: el jugador que avanza por la banda derecha y lleva en sus pies la mitad de un gol'.
(Crónica 'Thank you, Antonio Valencia' de Juan Manuel Granja)