En la calle viven cuatro niños y mujer desalojada en El Quisco
fotos: Socrates orellana
El jueves recién pasado la vida de la vecina de El Quisco, Verónica Errázuriz, dio un giro radical: fue desalojada de la casa en que vivía hace 15 años.
Quedó en la calle con sus dos hijas y sus cuatro nietos. La idea del suicidio ha rondado por su cabeza más de una vez. 'Todos me dicen que tengo que ser fuerte, que tengo que aguantarme por los niños, pero he pensado dos veces en suicidarme y acabar con esto', dice la vecina al borde del llanto.
'Llegó un receptor judicial de un día para otro. Venía con un montón de gente y nos sacaron y rompieron todo. Quebraron las ventanas para poder sacar las camas. No teníamos nada guardado porque no sabíamos que esto iba a pasar de la noche a la mañana', cuenta esta feriante del balneario del Litoral Central.
'Llegué a esta casa hace 15 años porque era de un amigo, y más tarde esta fue rematada. De ahí en adelante empezaron los problemas', dice Verónica, quien se encuentra en un juicio contra la financiera Cruz del Sur, actual propietaria de la vivienda.
'Yo sabía que esto podía pasar, pero todavía no terminaba de resolverse en la justicia, por eso nos extrañó tanto', cuenta.
'Yo ahora le pido a la gente de El Quisco, a alguien que tenga un espacio, un sitio; que se ponga la mano en el corazón y nos dé una ayuda', pide Verónica. 'No quiero que me regalen nada. No voy a llegar de brazos cruzados a pedir que me den, quiero una ayuda para volver a empezar', comenta.
En la casa vivían sus cuatro nietos: dos niños de cuatro años, una niña de la misma edad y uno de quince años. 'Están súper estresados. Al principio no se daban cuenta de qué es lo que estaba pasando, pero ya llevamos cinco días viviendo en la calle y se empiezan a inquietar', cuenta.
Desde ese día para el olvido inició una desesperada búsqueda por auxilio. 'Le pedí ayuda a la municipalidad, pero me dijeron que no podían darme una vivienda de emergencia porque las habían mandado a Valparaíso después del incendio', asegura la vecina que pasa las noches en vela, calentándose con fuego para cuidar sus cosas que quedaron en la calle.
Por su parte, en el municipio de El Quisco son enfáticos en asegurar que nunca se ha negado la ayuda, pero que Verónica tiene que poner de su parte y encontrar un sitio donde ubicarla.
'Nosotros jamás le hemos negado la ayuda' asegura la asistente social quisqueña Pilar Orellana.
La funcionaria municipal sostiene que han tenido reuniones con ella y la alcaldesa, que existe buena disposición para asistirla, pero que tiene que seguir el 'conducto regular' y conseguir un sitio dónde instalar una mediagua para vivir.
Cualquier ayuda será bien recibida por esta quisqueña que está al borde de una decisión fatal. Su número es: 86666816. J