T ener al mejor jugador del mundo pareciera ser una carga muy grande para Argentina, y algo de esa presión se dejó sentir la tarde de ayer en el mítico Maracaná, escenario del debut mundialero de los trasandinos ante Bosnia.

Claro, porque los últimos minutos de juego fueron de puro sufrimiento para los dirigidos de Sabella, que tuvieron que aguantar el desesperado ataque bosnio para lograr el empate.

Argentina había abierto el marcador a los tres minutos tras un autogol del defensa Kolasinac, anotación que le entregó tranquilidad para desarrollar su juego basado en la posesión del balón.

Bosnia inquietaba con aproximaciones de su estrella Edin Dkezo, y el arquero Sergio Romero se convertía en figura de los trasandinos.

Con el 1-0 se fueron ambas escuadras al descanso, y los primeros minutos del segundo tiempo entregaron los mejores momentos de Messi y compañía.

Fue el capitán argentino el que dejó su marca en el Maracaná con uno de sus habituales golazos en que deja a toda la defensa contraria pagando, y a los 65 minutos alargó el marcador a un tranquilo 2-0 para Argentina, que ya sentía los tres primeros puntos seguros.

Pero Bosnia no es un equipo fácil de vencer, y comenzó a demostrar que no fue a Brasil de paseo ni a mirar a las garotas a la playa, y así comenzó a acercarse al descuento que llegó por intermedio de Vedad Ibisevic, quien puso el 2-1 tras vencer la resistencia de Romero a seis minutos del pitazo final.

El equipo dirigido por Safet Susic se instaló en área trasandina, y fue cuando aparecieron los fantasmas de la presión sobre el equipo de Messi, el que finalmente supo aguantar y amarrar tres puntos que los deja como punteros del Grupo F a la espera de lo que suceda en el encuentro de hoy entre las selecciones de Nigeria e Irán. J