En la tranquilidad del río Maipo, su vida silvestre fue alterada cuando tres cazadores disfrazados con ropas mimetizadas y en una camioneta blanca comenzaron a disparar contra una decena de cisnes de cuello negro (Cygnus melanocorhypha), logrando matar a corta distancia y a quemarropa a 10 ejemplares de esta especie.La denuncia de este hecho la realizó Miguel Díaz, conocido empresario y vecino de la comuna de San Antonio.
Díaz estampó esta denuncia en Carabineros y además se comunicó con el director del Museo de San Antonio, José Luis Brito especialista en fauna silvestre, para que investigara la situación, ya que este último es inspector ad honorem de caza.
Los hechos se sucedieron en la ribera norte del río Maipo, en la localidad de San Juan, a unos 2 kilómetros de Llolleo en la comuna de San Antonio.
Díaz relató a carabineros que uno de sus trabajadores enfrentó a los cazadores, siendo estos muy insolentes con él y diciéndole que eran carabineros.
Posteriormente los cazadores, se fueron del lugar dejando a los cisnes muertos. Ante la denuncia, personal de Carabineros, del SAG, del Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre del Museo de San Antonio llegaron al lugar, sin embargo no se pudo dar con los delincuentes, encontrándose un cuerpo de los diez, pues se presume que el resto fue arrastrado por la corriente del río.
Personal del Museo y del SAG, lograron recuperar al menos un cadáver de un cisne muerto comprobándose su muerte por heridas de disparos de perdigones de arma de caza.
El cisne de cuello negro es un ave acuática nativa y en veda total, al estar protegida por la Ley de Caza 19.473, que prohibe su caza, captura, tenencia y comercialización de los animales vivos o muertos.
Esta especie herbívora es inofensiva, además de ser muy hermosa y es vital en el equilibrio de los ecosistemas denominados humedales como el río Maipo, donde se refugian, alimentan y reproducen.
Consultado José Luis Brito, indicó que 'no es posible que ocurran estas situaciones, esta gente debe estar enferma. Ha llegado el tiempo de leyes más duras para los cazadores y de prohibir definitivamente la caza de fauna silvestre nativa en Chile, pues la fiscalización por parte del SAG se hace inviable al no contar con suficientes recursos humanos ni la infraestructura asignada necesaria'. J