Comunidad mapuche celebró el 'We tripantü' en ruca nueva
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Música, comida y bailes típicos estuvieron presentes en la celebración del We Tripantü, la fiesta más importante del pueblo mapuche.
Pasadas las nueve de la mañana del domingo comenzaron a llegar a Llolleo los primeros integrantes de las siete agrupaciones que organizaron esta festividad, reunidos todos en el Centro Ceremonial Indígena de San Antonio.
'Estamos muy felices de tener este espacio. En el año 2009 nos adjudicamos uno de los Proyectos Participativos de la Municipalidad de San Antonio y eso permitió que tuviéramos este centro ceremonial', comentó Yanira Momberg Huenupe, presidenta de la agrupación Taiñ Ruka.
Y es que a pesar de que las agrupaciones llevan 15 años celebrando el We Tripantü, esta es la primera vez que lo hacen en casa propia, puesto que con el Proyecto Participativo, construyeron dos rucas en el sector de San Pedro, en Llolleo.
Tienen una ruca principal grande en donde ayer, por ejemplo, se preparó la comida, había fuego al centro y se comió luego de la celebración. La otra ruca es un poco más pequeña y tiene fines netamente medicinales.
'Necesitábamos un espacio. Todas las religiones tienen un espacio, los partidos políticos también, pero nosotros que somos culturas ancestrales no lo tenemos', dijo Yanira. Y agregó: 'Por eso la lucha gigante por el tema de los territorios. Hay que salvaguardarlos y cuidar la Ñuke Mapu (Madre Tierra)'.
Bailes, música y alimentos fueron parte de la celebración del We Tripantü durante la jornada de ayer.
Sin la posibilidad de filmar nada y con las fotografías reducidas al mínimo durante el momento exacto de la rogativa, más de 100 personas se reunieron para rendirle honores a la Madre Tierra.
Primero se realizó una limpieza del lugar para apartar las energías que pudiesen afectar al rito, luego se le dio gracias a la Ñuke Mapu por el año que pasó y por los beneficios que entregó y luego se realizó la rogativa.
El We Tripantü se realizó ayer en nuestra comuna debido a que entre los días 18 y 24 de junio se vivió el solsticio de invierno. Esta fecha marca el fin del ciclo anual de la Tierra y el comienzo de un nuevo año.
Toda la celebración principal se realizó en torno al rehue (un tronco escalonado clavado en la tierra con la representación de una cabeza humana en la cima), a los árboles de canelo y las banderas del pueblo indígena, mapuche y otras.
'Las ceremonias mapuche se hacen antes de las 12 del día. Primero se agradece por el año que ya se fue y luego viene el pedir porque haya lluvia y el retorno del Sol a nuestra Tierra', explicó Yanira.
La rogativa fue realizada por todas las personas hablantes del mapudungún que participan de las diversas agrupaciones del Centro Ceremonial Indígena, así como también por las que tocan algún instrumento.
Estas personas se ponen frente al rehue que los conecta con el cosmo.
Yanira explica: 'No es que alabemos al rehue, sino que él es la conexión que tenemos con el cosmo, el universo mismo. A veces la gente desconoce nuestra cultura', dijo.
El We Tripantü se inicia con el agradecimiento mirando en dirección hacia donde nace el Sol y luego las personas hacen un círculo alrededor del rehue caminando en contra de las manillas del reloj.
'Todo es agradecimiento, es pedir, estar en contacto con Ngenechén que es el padre celestial, la divinidad, Dios', dijo Yanira. Y agregó: 'Contacto con lo hermoso que existe en todo, hasta en la partícula más mínima que existe. Todo desde el amor, del agradecer y pedir, ese es el significado profundo que tiene el We Tripantü: comenzar un nuevo año con newen, con fuerza para que todo salga bien'.
Si bien el pueblo mapuche es originario del sur de nuestro país y del mismo sector en Argentina, el We Tripantü se celebró en todo el territorio nacional.
Ejemplo de eso es el ritual que se llevó a cabo en las rucas de Llolleo, así como también las diversas actividades que se realizaron en El Quisco.
Allí hubo una concurrida celebración de la tradicional fiesta mapuche durante el día sábado.
Cerca de 300 personas del balneario y visitantes, pudieron ser parte de la ancestral fiesta.
Dentro de las actividades que se realizaron el grupo de arte de Peñalolén mostró la danza colectiva indígena 'suma huma' y más tarde se presentó una obra de teatro infantil con la historia de Kai Kai y Treng Treng Filú (seres de la mitología mapuche), que fue protagonizada por unos jóvenes actores de entre cuatro y nueve años de edad.
Tanto en Llolleo como en El Quisco los asistentes también pudieron degustar de la comida mapuche como pan amasado, sopaipillas y sopa de trigo, entre otras. J
