Sufriendo en la primera ronda, llorando y rezando ante Chile, y pidiendo la hora ante Colombia. Así ha sido la aventura mundialista de Brasil en esta Copa del Mundo, pero pese a todo, está ahí, en semifinales, y con todo un pueblo a la espera de la sexta estrella, esa que los proclamaría como 'hexacampeones'.

El 'Scratch' llegó sobre un manto de dudas para enfrentar a Colombia por los cuartos de final, ya que a muchos brasileños, sobre todo a la prensa, el desequilibrio emocional que vivieron los jugadores en la definición a penales ante Chile era algo que nunca antes habían visto en toda la historia ganadora que tiene en su currículum el pentacampeón.

Pero el encuentro en Fortaleza fue totalmente diferente que ante los pupilos de Jorge Sampaoli, y los locales se sacaron la inmensa presión a los siete minutos, cuando el capitán Thiago Silva abrió el marcador, causando la explosión de la 'torcida'.

Tras el gol la selección brasileña comenzó a controlar las acciones ante un Colombia que al parecer le tuvo mucho respeto a los dirigidos por Luis Felipe Scolari.

Un tiro libre lleno de 'veneno' lanzado de forma perfecta por David Luiz alargó las cifras a los 69 minutos, comenzando a sentenciar el duelo sudamericano.

El descuento de penal de James Rodríguez (que se afirmó como goleador del Mundial con seis anotaciones, dos más que Neymar, Messi y el alemán Muller), puso algo de suspensos, pero los locales no querían comenzar a sacar de nuevo los rosarios, y se cerraron en defensa, para custodiar la portería de Julio César.

Brasil puso una vez más su nombre entre los cuatro mejores de un Mundial, y pese a todos los problemas, está ahí, a un triunfo de llegar a la final en el mítico Maracaná de Río de Janeiro. J