Julio Vera, de 87 años, estaba en el segundo piso de su casa ubicada en calle Casanova 240, en Llolleo, cuando sintió unos gritos provenientes del primer piso.

Al bajar para ver qué pasaba se topó de frente con dos sujetos jóvenes, que sin cruzar una palabra, se abalanzaron sobre él.

'Se tiraron encima mío y uno de ellos me golpeó en la cabeza con una botella, mientras el otro me amarraba las manos y pies con cinta adhesiva', contó la víctima.

'Más allá estaba tirada en el suelo, con sus manos y pies amarrados, una familiar que nos ayuda con los quehaceres domésticos y que ese día estaba haciendo unas cosas en la cocina, cuando estos sujetos se metieron a mi casa', agregó Julio.

A eso de las 11.30 horas, los delincuentes ingresaron al inmueble a rostro descubierto y provistos de una pistola y un cuchillo, éste último usado para intimidar a la mujer.

Mientras ambas víctimas se encontraban en el suelo reducidas, los hampones recorrieron cada punto del inmueble, logrando llevarse más de un millón de pesos en dinero en efectivo, el que iba a ser utilizado en la operación de una de las hijas de Julio.

'Antes de irse, uno de los delincuentes me sacó hasta el anillo de matrimonio', agregó Julio.

Pero lo que más lamenta este llolleíno y su mujer Carmen Castañeda, quienes llevan de 45 años viviendo en este sector y jamás habían sido víctimas de un delito, es que, entre las especies que fueron sustraídas se encontraba una cadena con un cruz que pertenecía a su hijo fallecido en un accidente de tránsito.

'Esa cruz era muy importante para nosotros porque pertenecía a mi hijo que murió en un accidente', señaló Carmen.

Por su parte, Fabiola Vera, hija de la víctima, indicó que tras el robo la denuncia fue hecha ante carabineros, quienes serán los encargados de investigar este asalto. J

l Fabiola Vera, hija de la víctima, aseguró que desde la instalación de un Patronato de Reos, se ha visto a distintas personas observando las casas del sector.

l Apenas se enteraron de la instalación de un Centro de Reinserción Social (CRS) o también conocido como Patronato de Reos, en calle Del Canelo con Santa Lucía (exgobernación), los vecinos de Llolleo pusieron el grito en el cielo.

Ellos aseguraban que esta oficina no podía ser instalada en pleno barrio residencial, ya que esto traería inseguridad entre los vecinos que ahí viven, debido a las personas que comenzarían a circular por el sector, la mayoría con antecedentes policiales.

'Nosotros dijimos que esto iba a pasar, pero no nos hicieron caso. Sabíamos que con la instalación de este CRS iba a aumentar la delincuencia en el sector y así está ocurriendo', dijo Juana Ortega, secretaria de la junta de vecinos Plaza O'Higgins, Unidad Vecinal 23.

Y agregó 'qué no hicimos para que esto no pasara. Juntamos firmas entre los vecinos, nos reunimos con autoridades que nos prometieron ayuda y que al final no pasó nada y ahora se están viendo las consecuencias con estos dos violentos asaltos que se han registrado en el sector'.

Por su parte, Oscar Abarca, vecino de calle Santa Lucía, contó que los vecinos lograron reunir más de mil firmas que se oponían a la instalación del Patronato de Reos, pero al final nadie hizo nada.

'Desde la apertura de esta oficina se ha visto a mucha gente circular por estas calles observando el movimiento de las casas. Además en este sector viven muchos adultos mayores, hay colegios, jardines infantiles, pero aún así decidieron instalar esta oficina en pleno barrio residencial', recalcó Abarca. J