Secciones

'Nunca nosquisimos comera mamani'

E-mail Compartir

l Roka Valbuena

Mario Sepúlveda, el ex minero, el hombre que todos los 5 de agosto se pone de moda a raíz del aniversario del derrumbe de la mina San José, exclamó:

-¡Estoy fascinado!

-¿De qué, Mario?

-De la vida, pos loco.

-¿Todavía lo quiere la gente?

-Mucho, loco.

-¿Percibe, en ocasiones, la mala onda?

-Me importa una raja, loco.

El otro día apareció en televisión con su acostumbrado estilo agitado, documentó tres o cuatro argumentos relevantes con chillidos, y la gente, a través de las redes sociales, criticó su constante exposición y su abundancia de adrenalina. Le hicimos ver ese aspecto negativo de su conducta, alentándolo a una mejoría. Mario aumentó el volumen.

-¿¿Qué dicen, loco??

Le sugerimos, con cortesía protocolar ('Mario, no se haga mala sangre...'), que opte por la paz. Inisistió. Y le dijimos:

-Bueno, Mario, dicen que que usted se ha puesto catete. Únicamente le transmito el pensamiento de cierto público...

-¿Sabís qué?

Y uno teme la aparición de un alarido.

-¿Qué?

-¡¡Que se vayan a la cresta esos maricones!! ¡¡Maricones y cobardes!

No entienden

Mario jadea y parece, porque esta comunicación se está realizando por teléfono -Mario acaba de finalizar una charla significativa para niños pobres de San Clemente-, que ríe en secreto. Dos síntomas que a menudo uno liga con un trastorno.

Mario prosigue. No respira con naturalidad.

-Eso me parece que son los que dicen que soy oportunista y que alego todo el tiempo. Ma-ri-co-nes.

-Criticaron que usted dijera que los políticos fueron a la mina sólo para la foto...

-¡Y es cierto! Me prometieron tratamiento sicológico y nada. Naa, que se vayan a la cresta esos maricones...

-¿Sus críticos? ¿Ellos son los maricas?

-¡¡Súper maricones, loco!!

-¿Por qué?

-Porque no me conocen. No saben nada, loco. Hablan desde lejos. Tiran balas desde un computador. Cobardes.

-¿Qué es lo que no saben?

-Lo que uno padeció. Lo que yo viví. Si vivieran lo que viví, quizás ellos serían los repetitivos.

- ¿Usted está sobreexpuesto?

-Eso pensarán los chuchasuma... son envidiosos, pos loco.

-¿Qué le envidian?

-Creen que soy millonario, que tengo un montón de plata y mujeres. Que vivo de forma light.

-¿Y de qué forma vive usted?

-Vivo de una forma normal, compadre. Yo me crié a pata pelada. Todo lo que tengo lo gané solo.

Detalles de la mina

Nos trasladamos mentalmente a la mina, a los días sufridos, y Mario no se incomoda. Relata sucesos amenos. Los chistes que le hacían por pensar tanto en su señora. Chistes tiernos, humor sin daño.

-Hay un tema que se habla- mencionamos teatralmente.

-¿Qué?- preguntó Mario.

-¿Es verdad que pensaban comerse al boliviano? Se lo pregunto porque manejo antecedentes al respecto.

-¿Cómo, loco?

-No comer en el plano sexual. Le hablo de canibalismo. Canibalismo para vivir.

Mario reflexina callado por 12 segundos.

-Te voy a decir la dura- soltó de pronto.

-Hable.

-Había que sobrevivir. Eso yo lo tenía claro.

-¿Qué implicaba?

-Puta, todo. Que sobrevivir es un instinto animal. Haces lo que sea para seguir con vida.

-¿Mamani era el elegido?

-No. Eso no es así. Otros tenían más carne, jajaja. Yo soy puro filete. Bueno, pero también tenía clara otra cosa...

-¿Qué?

-Si me querían comer a mí les iba a ir muy mal. No me iba a dejar.

-Se dice, también, que se proyectaban algunos ataques sexuales a los más jovenes...

-Tajantemente no. En ese punto, cada cual arreglaba su instinto de forma solitaria.

-¿Pegó algún puñetazo durante el encierro?

-Jamás.

-¿Vio peleas?

-Sólo orales.

-¿Aún los 33 son amigos?

-Nos juntamos y somos como un curso de jardín infantil.

-¿El ex presidente Piñera volvió a hablar con usted?

-No. Pero soy franco: nunca olvidaré lo que hizo. Igual, me molesta algo de él.

-Cuente...

-No me gustó que nos vendiera como si fuéramos artistas. Nos hizo ir a todos lados como artistas. Y sólo éramos unos sobrevivientes.

Bajó la voz para hablar de la autoridad. Se queja de políticos, pero olvidó sus nombres. Tiene buen humor, es el rostro masivo de la hazaña y su vida está ordenada. Tiene cuatro hijos responsables, una mujer que lo ama, tres autos, una casa, una parcela, unos caballos, dos trabajos.

-Doy charlas de motivación. Y, si tengo tiempo libre, trabajo en la construcción. Hago casas o lo que sea.

-Dijo, al comienzo, que era feliz, ¿su felicidad es completa?

-Eeh...

-¿Es completamente feliz?

-Sí, loco, igual en casi todo ando bien, pero en una cosa ando mal.

-¿Qué tiene mal?

-La cabeza, loco.

-¿Está alterado?

-No. Pero fue fuerte. Tengo muchas pesadillas. Esta cuestión siempre estará con uno.

-¿Qué sueña?

-Que quedo atrapado. Despierto mojado. Me pasa seguido. Por eso me da rabia cuando alego contra los que me prometieron ayuda psiquiátrica y luego no están. Por eso me da rabia con la gente que me critica por alegar. Esto nunca se pasa, loco.

-¿No ha ido al psiquiatra?

-Ahora recién voy a ir. El doctor Alberto Iturra me ofreció su ayuda.

-Disculpe la franqueza, dice mucho la palabra 'loco', ¿a veces siente que se está volviendo loco?

-Yo siempre he estado loco. Loco por la vida. Loco por todo.

-¿Eso es todo, Mario?

-Eso es todo, loco- cerró Mario Sepúlveda. J

Registra visita