El riesgo de la 'doble vida'
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l Guiándose por un estudio previo a la publicación del texto, hecho por el psicólogo John Guigliamo, Rosenzvaig enumeró algunos argumentos dados por adictos al sexo, para justificar su comportamiento, repitiéndose y entremezclándose cosas como: satisfacer las necesidades sexuales, narcisistas y de control; el deseo de conexión humana (que suele reemplazarse por un acto sexual); compensar la baja autoestima, recrear un trauma infantil, evitar sentimientos (como la soledad, tristeza o aburrimiento); y hacer frente a temas relacionados con la identidad sexual.
Otra característica es la 'doble vida' que suelen llevar quienes sufren el trastorno, logrando mantener muchas veces una pareja estable, con relaciones sexuales que considera placenteras, pero que -a su criterio-, 'no son, ni por lejos, lo adrenalínicas que parecen ser las que mantiene con otros y otras, conocidos o desconocidos'.
La adicción, como cualquier otra, comienza a mermar las relaciones interpersonales y sobre todo amorosas, de quienes la padecen, y afectan no solo a éstos, sino que también a su entorno.
Según Rosenzvaig, la pareja de un/a adicto/a sexual suele ver deteriorada de forma dramática la confianza hacia su pareja. J