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Grave denuncia de mujer: 'Por culpa de la podóloga me cortaron el pie'

socrates orellana

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María Espinoza Jiménez (64), una dueña de casa del sector Las Lomas de Llolleo, enferma de diabetes, dice que su vida dio un giro radical a fines de abril pasado.

En esa fecha, de acuerdo a su relato, concurrió a la casa de una podóloga, de iniciales A.U., que atiende en su domicilio particular en Barrancas. 'Me había atendido antes con esta señora y lo hacía porque ella decía que era especialista en atender a personas diabéticas, aunque yo tengo la enfermedad en un grado que no es de gravedad'.

Según el testimonio de esta mujer llolleína, 'al momento de atenderme me dijo que tenía una astillita en una de las uñas de mi pie izquierdo. Al cortármela me dejó una herida. La podóloga me dijo que volviera al día siguiente, pero aquella mañana desperté con tanto dolor que mejor me fui al médico'.

María Espinoza recuerda que 'el doctor lo primero que me dijo fue que la herida estaba infectada y yo creo que fue porque los artículos y el material que utilizó para cortarme las uñas no estaban esterilizados como correspondía'.

Pasaron los días y, lejos de mejorar, la herida que la mujer tenía en el pie fue empeorando a tal punto que la infección se le propagó a los cinco dedos de su pie izquierdo, situación que la obligó a recurrir de urgencia al hospital Claudio Vicuña de San Antonio.

'En el hospital me vieron tan grave que me dejaron internada de inmediato. En el primer diagnóstico me dijeron que me tenían que cortar la pierna hasta la rodilla. Finalmente me dieron una interconsulta al hospital Eduardo Pereira de Valparaíso, donde después de varios exámenes optaron por cortarme los cinco dedos del pie', detalla Espinoza, sentada ahora sobre una silla de ruedas. La operación se realizó el 23 de junio pasado.

La afectada, con el drama reflejado en su rostro, acusa: 'Por culpa de esa podóloga me cortaron el pie. Yo antes era una mujer absolutamente normal y podía hacer todas las cosas de mi casa sola. Ahora ni siquiera puedo ir al baño, todo lo que tengo que hacer con la ayuda de mi esposo (Julio Manríquez) y de una hermana, que se tuvo que venir del sur para ayudarme'.

-Porque la recuperación fue bastante larga. Recién hace dos semanas me dieron el alta en el hospital y hace poco días que puedo salir a la calle en esta silla de ruedas.

-Nooo. No estoy en condiciones físicas ni económicas para seguir un juicio. No puedo desgastarme en una cosa así.

-Es para que se sepa y no le vuelva a pasar a otras personas. Imagínese que esta señora decía que era especialista en pies de diabéticos y me terminaron cortando los cinco dedos.

-Me dijeron que probablemente sí, pero después de un largo proceso de rehabilitación y con una prótesis que ni siquiera sé cuánto puede costar. Todo esto ha sido terrible. J

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