Cuestionan exclusión de las grasas en dieta sana
lsa
El último libro de Nina Teicholz sin duda ha dado que hablar en el ámbito de la nutrición, ya que en él la periodista pone en duda la arraigada creencia de que las grasas saturadas son las responsables de las enfermedades cardiovasculares y hasta afirma que en realidad no existe una evidencia científica sólida que lo demuestre.
'The Big Fat Surprise' ('La gran sorpresa de la grasa') fue lanzado en mayo pasado y rápidamente entró en el ranking de los best sellers. El texto es el resultado de años de revisión de estudios sobre el tema, entrevistas y también de la propia experiencia de Teicholz, quien estudió biología en las universidades de Yale y Stanford, y tiene un magíster de Oxford.
En la introducción del libro, la periodista relata que durante años llevó una alimentación reducida en grasas, siguiendo las recomendaciones del Departamento de Agricultura estadounidense y luego, en los '90, de la dieta mediterránea. 'Estaba convencida de que estaba haciendo lo mejor para mi corazón y mi cintura, ya que las fuentes oficiales nos venían diciendo por años que una dieta óptima ponía énfasis en las carnes magras, las frutas, los vegetales y los granos, y que las grasas saludables provenían de los aceites vegetales', cuenta.
De esta manera, Teicholz evitaba las grasas saturadas que se encuentran en los productos de origen animal, pero en el 2000 su régimen alimenticio dio un giro inesperado. Ese año, la periodista comenzó a escribir una columna de crítica gastronómica para un pequeño periódico. 'No tenía el presupuesto para financiar las comidas, así que por lo general comía lo que el chef decidía darme', recuerda.
Así, la periodista comenzó a comer alimentos que hacía años había dejado de consumir, como el paté; las carnes rojas en todos sus cortes y las más variadas preparaciones; las salsas y sopas cremosas, etc. Confiesa que los ingería sin limitación, a pesar de lo cual bajó de peso y sus niveles de colesterol se mantuvieron dentro de los límites normales.
Luego su editor le pidió que escribiera un artículo sobre las grasas trans, el cual tuvo tan buena recepción que derivó en un contrato para un libro. Entonces empezó a investigar más en profundidad, lo que la llevó a darse cuenta de que todos los consejos dietéticos relacionados con la grasa que las autoridades de salud habían entregado en los últimos 60 años, estaban completamente equivocados. J