Las penas y alegrías del sanantonino Germán 'Beto' Vera en el fútbol profesional
albun personal
En marzo del año 2000, cuando tenía apenas 19 años, Germán Vera Ortega comenzaba a cumplir el sueño por el que había luchado desde niño. El 'Beto' estaba en la Juvenil de Deportes Concepción y un día lunes el técnico del primer equipo, el argentino Oscar Garré, lo llamó a entrenar con el cuadro de honor.
Cinco días después, el sanantonino oriundo del barrio Balmaceda estaba debutando en el fútbol profesional contra la 'U' del Superman Vargas, Luis Musrri y Pedro 'Heidi' González, en el estadio Santa Laura. 'Para mí era un sueño cumplido. Era la primera vez que me subía a un avión para viajar a Santiago. Era un paso gigante dentro de mi carrera como futbolista', recuerda.
Aquel sábado en el Santa Laura, el 'Beto' Vera tuvo un gran desafío. 'Aunque yo jugaba de central, Garré me puso de lateral derecho y me tocó marcar al Heidi González, por aquel entonces el goleador de la U'.
Y el sanantonino salió victorioso. Su equipo empató 0-0 y la prensa lo calificó como una de las figuras del cuadro de la Octava Región. 'Ese día estuve a punto de hacerle un gol de mitad de cancha al Superman. La pelota se fue 10 centímetros por sobre el travesaño', rememora.
Después de ese partido, Vera sintió que su vida comenzaba a cambiar. Se consolidó como titular, empezó a recibir dinero por cada convocatoria. Aquella inolvidable temporada jugó 27 de los 30 partidos del campeonato Oficial de la Primera División del fútbol chileno. Ese año Deportes Concepción clasificó a la Copa Libertadores.
'Fue todo muy rápido. En un año había conseguido todo lo que me había propuesto en la vida', asegura sobre el sueño que estaba viviendo.
Germán Vera tenía poco más de 10 años cuando, con la camiseta de Balmaceda, empezó a deslumbrar con su talento en las canchas de tierra de San Antonio.
'A los 14 años el 'Coke' Rodríguez (ex DT del SAU), que en ese tiempo tenía una escuela de fútbol acá en San Antonio, me llevó a Deportes Concepción'. También se fue Álex 'El Argentino' Díaz y Cristián Rodríguez, uno de los hijos del Coke.
Para el 'Beto' no fue fácil dejar el hogar familiar. Era todavía un niño y tuvo que viajar a una ciudad lejana y extraña en busca de su sueño. En el sur sorprendió a todos y en pocos días ya se había adueñado de la camiseta '3' de la segunda infantil. 'Me decían Elías Figueroa', dice. La clase para manejar y golpear el balón siempre le sobró, y por eso no demoró en destacar en el equipo.
Pero el buen momento que vivía dentro de la cancha, contrastaba con su vida fuera de ella.
'Ese primer año repetimos el primero medio con el Álex Díaz, quien al final se vino a San Antonio. Yo pensé que me iban a echar por haber repetido, pero me dejaron. Viví primero en un hotel, luego en un motel y después en una pensión. Sufrí más que la cresta, porque era un cabro chico. Echaba de menos a mi familia, a mis hermanos y a los amigos', confiesa sobre esos duros momentos.
Su rutina era la misma todos los días de la semana: pensión, estadio, colegio y pensión. Y el fin de semana se acostaba temprano para responder dentro de la cancha.
'Yo prácticamente no tuve juventud, porque mi vida eran el fútbol y el colegio. Nada más. Vine a conocer una discoteque recién después de los 22 años. Pero yo quería ser futbolista profesional, y por eso soporté la soledad y el estar lejos de mi familia'.
Para la Copa Libertadores de 2001 Deportes Concepción contrató al entrenador paraguayo Sergio Nichiporuk. Después de tres pobres partidos, le dieron el sobre azul. El cargo lo asumió el argentino Fernado Cavalleri. 'Al 'Palo' Cavalleri no le gustaban los cabros jóvenes, y trajo a varios jugadores experimentados como el Chicho Soñora y el arquero Carlos Fernando Navarro Montoya, El Mono, dos ex Boca Juniors'.
Vera fue relegado a la banca, pero aquella Libertadores le sirvió para viajar con el equipo a Buenos Aires, Bolivia y Río de Janeiro. 'En Brasil enfrentamos al Vasco da Gama de Romario. Era extraordinario. Un espectáculo. Empatamos 0-0'.
El equipo pasó a segunda fase y les tocó jugar con Nacional de Montevideo. Darwin Pérez, el lateral derecho titular en ese momento, se lesionó y el 'Beto' iba de titular en el partido de ida en Uruguay. Pero justo antes del encuentro se enfermó y tuvo que ser operado de apendicitis.
Deportes Concepción quedó eliminado en el partido de vuelta en Collao, que terminó con una batalla campal y con Víctor Cancino con fractura de mandíbula tras recibir un botellazo de un rival. Y aunque no jugó en el torneo continental, el 'Beto' recibió los frutos de esa buena campaña.
'Primera vez que recibía un fajo de billetes tan grande. Esa vez nos pagaron más de 5 millones en premios, lo que me sirvió para ayudar a mi mamá y darme mis gustitos, como comprarme perfumes y ropa. En ese tiempo yo seguía sin salir de la pensión. Estaba solo enfocado en el fútbol.
-Nunca pensé que iba a compartir camarín con ese tipo de jugadores. El Mono era una buena persona. Me enseñó mucho, al igual que otros jugadores como Nelson Cossio.
A inicios de 2002, equipos mexicanos y los grandes del fútbol chileno habían puesto su mirada en el talentoso sanantonino, en ese entonces de 21 años, pero la dirigencia de Deportes Concepción decidió venderlo al campeón Santiago Wanderers, que tenía en sus filas a la Liebre Riveros y Jorge Ormeño, entre otras figuras.
'Esa negociación fue muy oscura. Me vendieron a mí y a Rodrigo Sanhueza, pero a ninguno de los dos nos cayó un peso. En esos años los clubes eran dueños de los jugadores hasta los 23 años y los dirigentes hacían lo que querían. Se arregalaban por debajo de la mesa'.
Con los caturros acordó de palabra un contrato de cuatro años de $500.000 mensuales, más $250.000 para arriendo de un departamento y $50.000 por cada citación, además de $70.000 por partido ganado.
Germán Vera hizo una gran pretemporada y el DT Yuri Fernández lo tenía como titular. Días antes del debut sufrió una pequeña lesión que cambiaría el rumbo de su carrera.
'Tuve un derrame en una pierna por sobrecarga de trabajo. Me hicieron una resonancia y el paramédico de Wanderers le dijo a la dirigencia que me demoraría unos cuatro meses en recuperarme. Como no había firmado el contrato, los dirigentes decidieron desvincularme inmediatamente'.
Reclamó al Sifup, pero consiguió bien poco. Sólo le pagaron los 30 días trabajados. 'Después que salí, fui a otro médico y me dijo que la lesión no era grave y que con dos días de reposo y tratamiento podía volver a jugar. Quería morirme e incluso pensé en colgar los zapatos. Me decepcioné del fútbol y de los dirigentes. Todo era muy oscuro'.
Su traumática salida de Wanderers lo deprimió a tal punto que no quería saber más del fútbol. Se refugió en la casa de su familia en el barrio Balmaceda. El Coke Rodríguez se acordó de él y lo llevó a jugar a Fernández Vial, que en ese 2003 militaba en Segunda División, con un sueldo que no llegaba ni a la mitad de lo que iba a ganar en Wanderers. Pero aceptó.
Ahí se convirtió en volante por derecha, con la '10' en la espalda. Hizo una buena campaña y al año siguiente recaló en Naval de Talcahuano, que dirigía el DT Nelson Cossio, su ex compañero en Deportes Concepción. 'Ese 2004 hice hartos goles en Naval porque pateaba los penales, los tiros libres y hasta los córners. Me fue súper bien y estuvimos en la liguilla para subir'.
Deportes Melipilla ganó esa liguilla y su DT, el sanantonino Juan Ubilla, quiso contar con el talento del 'Beto'. 'Ese año 2005 comenzó la debacle de mi carrera. Alcancé a jugar tres partidos como titular en el campeonato Oficial y en la cuarta fecha, en un partido con Puerto Montt, me lesionó Frank Lobos'.
Vera sufrió una de las lesiones más graves para un futbolista. Se le cortó el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Estuvo ocho meses en el dique seco. Al año siguiente el equipo lo tomó Luis Musrri y nunca más lo citó. 'Todavía no sé por qué me agarró mala. Todo ese año entrené con los cadetes y aproveché de seguir estudiando la carrera de Educación Física'. Llegó hasta tercer año y por falta de recursos no pudo seguir estudiando.
'Ese 2006 se acabó mi carrera. No quise jugar más, me decepcionaron los dirigentes tan tránsfugas, que hacían del fútbol un negocio para llenarse sus bolsillos', afirma.
-Un representante y un poco de suerte. Yo siempre me manejé solo y eso me pasó la cuenta. A veces daba rabia ver a jugadores que tenían menos condiciones que uno y estaban en equipos grandes, porque sus representantes tenían buenos contactos. La lesión en Melipilla me marcó muchísimo.
Su salida del fútbol significó un cambio brutal en su vida. Tuvo que buscar trabajo como cualquier mortal. Y no fue fácil. Los ahorros del fútbol se acabaron pronto.
Reconoce que se volvió bohemio y que visitó todos los pubs y discotecas que podía. 'Caí en un vacío. Fueron tiempos difíciles, porque me puse bueno para el carrete y tuve que buscar pega en cualquier cosa. Trabajé hasta en la construcción, un empleo extremadamente duro', confidencia.
'En el fútbol es fácil ganarse la plata porque a uno le pagan por hacer lo que ama. Pero afuera, tenía que trabajar 10 horas diarias para recibir un sueldo igual a lo que yo ganaba jugando un puro partido'.
Tuvo que volver al fútbol amateur, a cambio de dinero que le permitía solventar sus gastos básicos.
Pero su hija Josefa (4) y su actual pareja, Margarita Toro, lograron sacarlo del ambiente nocturno que lo tenía encandilado. 'El amor me hizo cambiar. Ahora estoy tranquilo y con ganas de casarme con la mujer que amo', asegura.
El año pasado estuvo trabajando como estibador en el Puerto de Mejillones y este año tuvo que volver al quirófano, esta vez para operarse su rodilla izquierda. Hace dos meses, como una terapia para preparar su regreso al fútbol amateur, empezó a arbitrar en la Asociación Puerta del Pacífico, mientras espera conseguir un empleo en el puerto local.
-Hasta ahora buena, porque gracias a Dios conozco a la mayoría de los jugadores de todos los equipos, pero con las barras no se se puede: igual te llenan de garabatos todas las semanas.
-Conseguir un trabajo, cacarme con la mujer que amo y consolidar a mi familia. J
'Prácticamente