"Mi esposa fue al hospital por un resfrío y salió en un cajón"
En la voz de José Luis Jara Villar (40) no hay rabia. Se le escucha hablar pausado y claro, pero con pena. El cuerpo de su esposa, Elizabeth del Carmen Méndez Aceituno (43), yace dentro de un ataúd que está rodeado de mujeres al interior de la sede vecinal de la población Los Llanos de Bellavista. La muerte la encontró la noche de este martes y su paso cruel dejó a un hombre desolado, cuatro hijos embestidos por la tristeza y una gran familia derribada, otra vez, por la desdicha.
El lunes José acompañó a su mujer al Servicio de Urgencia del hospital Claudio Vicuña. "Fuimos por un resfrío, y en el ingreso, la trataron y la inyectaron. A la salida del box se desvaneció. El médico no hizo nada y se supone que estaba de alta. Volvimos a la casa para ver a los niños que estaban solos".
La mañana del martes, el matrimonio volvió al mismo hospital. "La noche del lunes la pasó con vómitos", recordó este hombre que trabaja en la agencia de aduanas Juan Sanhueza.
Ese día, Elizabeth no pudo recuperarse y su estado de salud se agravó conforme avanzaban la tarde y el infortunio. "Al tercer ingreso (al hospital) ya sudaba, estaba helada y sus manos se le empezaron a poner moradas; empezaron a hacer varios exámenes porque no sabían qué estaba pasando", relató su esposo.
A las 21.16 horas del martes, Elizabeth dejó de existir. Afuera del centro asistencial su marido no podía creer que así, de esa forma tan horrenda, terminara la relación que los unió hace 14 años.
"Ella siempre fue muy luchadora, siempre tiró para arriba, pero el destino quiso otra cosa", manifestó José Luis Jara, quien pese a los esfuerzos por aguantar las lágrimas, no puede evitar que algunas de ellas caigan sobre sus mejillas. Su narración se entrecortada y pide un respiro para seguir con la entrevista que nunca pensó que daría.
la historia
Ella tuvo cuatro hijos: Francisco (23), Michelle (22), Víctor (12) y José (7), quienes se quedaron solos junto a José Luis Jara.
Elizabeth era la segunda de cinco hermanas, que cuando eran niñas perdieron a su padre. Virginia Aceituno, la madre, debió dejar a sus hijas en las casas de otros de sus seres queridos. Así, Elizabeth, Johanna, Jaqueline, Fabiola y Paola se criaron separadas.
La Semana Santa del presente año, Elizabeth pudo juntar a todas las hermanas en Osorno. Su amor rindió frutos y la familia empezó a rearmarse e incluso ellas planificaron un nuevo encuentro para enero próximo.
"Todo esto que pasó no tiene explicación. Es nada más que una negligencia; entrar (al hospital) por un resfrío y después que termine así. Después del esfuerzo que ella hizo para que nos reencontráramos, perderla ahora no es posible. Que le pase a sus hijos lo mismo que ella sufrió, es terrible. Ella era como mi segunda madre", se lamentó Johanna, la hermana mayor, mientras se quebraba en llanto.
Judith Gutiérrez Abraham compartió con Elizabeth el rol de apoderada en el colegio Espíritu Santo, donde estudian los hijos de ambas. "Se me fue una gran amiga. No me esperaba que pasara esto y tan rápido", aseguró esta mujer que como otras vecinas no daban crédito al penoso final de la abnegada "Eli". J
l Ante los cuestionamientos de la familia respecto a la forma en que Elizabeth Méndez fue atendida, desde la Unidad de Comunicaciones del hospital Claudio Vicuña afirmaron que "la paciente ingresó directo al box de reanimación y se le realizó una batería de exámenes. Pese a los esfuerzos médicos y del personal de turno, falleció horas después. Por esta razón se indicó realización de autopsia, procedimiento a cargo del Servicio Médico Legal".
Los restos de esta vecina serán sepultados esta tarde en el Cementerio Parque del Mirador, en Bellavista.
