Claudia Fuentes, la jueza sanantonina que imparte justicia en el patinaje artístico
Por el trabajo de su padre (Marcos Fuentes, ex jefe de la Inspección del Trabajo), Claudia Paola Fuentes Soto (44) pasó su niñez en diferentes ciudades del país. Y fue en Iquique donde tuvo sus primeros acercamientos con el patinaje, disciplina que con el tiempo se terminaría convirtiendo en uno de los motores de su vida.
boom
Claudia siempre sintió atracción por los deportes y el baile. En su niñez, aparte del patinaje, también hizo natación y danza clásica moderna, disciplina que se transformó en una de sus pasiones durante varios años. "Vengo de una familia de deportistas y artistas", comenta en el comedor de su casa de calle Victoria, en Barrancas.
Esta sanantonina pudo haber tenido una carrera promisoria como patinadora o bailarina clásica, pero su cuerpo le jugó una mala pasada. Desde muy joven tuvo graves problemas a la rodilla izquierda que le impedían dar el ciento por ciento a la hora de entrenar. Y a los 16 años, mientras ensayaba danza clásica, sufrió una severa lesión en su pierna. Nunca más volvió a ser la misma y durante mucho tiempo estuvo alejada de la danza y el deporte.
La jueza
"En 2007 supe que la Federación Chilena de Hockey y Patinaje Artístico estaba impartiendo cursos para convertirse en juez", recuerda esta egresada del colegio Gabriela Mistral de Llolleo.
Al contrario de lo que algunos puedan pensar, aprobar la capacitación para titularse de juez de patinaje artístico no es una tarea sencilla. De hecho, de los casi 30 alumnos que tenía el curso, sólo tres lograron aprobar el examen final. Entre ellos estaba Claudia Fuentes, quien desde ese momento se transformó en jueza, un título que la acreditaba para juzgar a los participantes en las competencias nacionales.
Pero su gran salto llegó en 2011 cuando viajó a Porto Alegre, Brasil, para efectuar un curso ofrecido por la Confederación Internacional de Patinaje Artístico (Cipa). Ahí obtuvo el título o acreditación de jueza Cipa A, lo que para el fútbol vendría siendo como un árbitro Fifa, pues está facultada para evaluar competencias internacionales.
Con ocho años de experiencia, en la actualidad la sanantonina es la única jueza Cipa A del país capacitada para evaluar todas las modalidades del patinaje artístico (estilo libre, figura, danza, show y precisión). Su colega Felipe Maturana también lo es, pero sólo en modalidad libre, ya que debe tener una antiguedad mínima de tres años -y posee dos- para juzgar en competencias internacionales.
"Ya he participado como jueza en tres campeonatos sudamericanos, uno en Brasil, uno en La Serena y el otro en Santiago", comenta esta mujer de bajo perfil, pero de carácter fuerte dentro de la pista de patinaje.
AJETREADA VIDA
vocacion
-A nosotros nos pagan todos los gastos de traslado, alojamiento y alimentación. El dinero que queda para el bolsillo no es mucho, pero esto lo hago por vocación, porque me gusta el patinaje artístico. El dinero pasa a segundo plano cuando uno se siente realizada con lo que hace. He tenido que dejar muchas cosas de lado por el patinaje.
-Ver a los deportistas crecer y surgir en esta disciplina. Muchos de ellos después salen a competir al extranjero y vuelven con medallas y primeros lugares. Verlos patinar con el corazón es maravilloso y nostálgico, porque a mí también me gustaría volver a patinar y hacer danza clásica.
Patinaje en la sangre
Francisca, su hija menor y alumna del quinto básico del colegio Sagrada Familia, también lleva el patinaje en su ADN. "Recién empezó a entrenar el año pasado en el club Royal de San Antonio. Me hubiese gustado meterla más chiquitita, pero por razones de tiempo no pude. De todas formas tiene muy buenas condiciones para esta disciplina", comenta orgullosa.
En menos de un año, la niña de 11 años ya ha demostrado su calidad sobre los patines. Sólo esta temporada suma tres primeros lugares en la categoría Principiante. El último título lo obtuvo el 6 de septiembre pasado en un campeonato en Peñaflor, donde se enfrentó a otras 14 patinadoras provenientes de distintos puntos del país.
-Eso no lo puedo hacer. Como jueza uno debe inhabilitarse en caso de tener cualquier grado de parentesco con el participante. Antes eso no me sucedía, pero ahora que está compitiendo me debo inhabilitar en su categoría.
-Por mi labor de jueza, soy perfeccionista y muy crítica con la Francisca. Me fijo en todos los detalles tanto técnicos como artísticos porque es parte de mi trabajo evaluar trompos, saltos, piruetas y trabajo de pies. Ojalá que le sirva para desarrollarse y crecer en el patinaje artístico. J