Marlene Gutiérrez (24) vivía junto a su esposo Aldo Muñoz (25) y su hija de 9 años como allegados en la casa de su madre en cerro El Carmen. De un día para otro, la mujer decidió vender su propiedad dejando al matrimonio prácticamente en la calle.
"Mi mamá nunca me dijo que había vendido la casa. Yo recién me enteré cuando el nuevo dueño me pidió que me fuera de su propiedad, así que no nos quedó más opción que venirnos a vivir a la quebrada de Bellavista", contó Marlene.
"Mi marido trabaja como electricista de forma esporádica, pero con lo que gana no nos alcanza para arrendar una pieza o algo. Todo el dinero que logramos reunir lo utilizamos en comer, ya que no nos alcanza para más", agregó la joven.
Hace unos días el matrimonio se reunió con unos vecinos, quienes, en su mayoría se oponen a la toma de terrenos en el sector, principalmente por las molestias que esto causa, pero tanto Marlene como Aldo no quieren quedarse en este lugar para siempre, por eso han golpeado varias puertas en busca de una solución habitacional. "A nadie le gusta vivir de esta forma. Sin baño, en un quebrada con basura, pero no nos quedó otra opción", reconoció la joven.
"Gracias a las gestiones de una dirigente estamos en un comité de vivienda, pero eso puede tardar varios años y nosotros necesitamos una solución ahora", agregó Aldo, quien además comparte el terreno con uno de sus hermanos y su pareja.
Lamentablemente estos jóvenes no tienen a quién recurrir, ya que la mayoría de sus familiares viven en tomas y tampoco pueden recibirlos. Incluso el hermano mayor de Aldo está viviendo en una carpa en una quebrada.
"Nosotros no queremos ser molestia para nadie, ni menos para los vecinos, por eso desde que llegamos a esta quebrada nos hemos dedicado a limpiar el lugar sacando la maleza, recogiendo basura e incluso ahora los niños del sector vienen a jugar para acá porque saben que tampoco hay gente tomando o drogándose, como ocurría antes. Pero, de igual forma, nos urge buscar una solución principalmente por nuestra hija. No es justo que ella viva en estas condiciones", contó Aldo.
Soledad Castillo, dirigente vecinal del sector, tampoco está de acuerdo con la toma de terrenos porque "esto va a provocar que las personas empiecen a tomarse terrenos y eso no me parece justo. Estos chiquillos tienen todas las ganas de salir adelante, pero han tenido mala suerte".
"Son muchachos jóvenes y muy trabajadores, que no están pidiendo que les regalen las cosas, pero sí que les den una manito. Con la plata que ganan no les alcanza para arrendar una casa, por eso tuvieron que venirse a vivir a la quebrada. Ojalá que alguien los pueda ayudar", señaló la dirigente.
Las personas interesadas en ayudar a estos jóvenes en la búsqueda de un lugar para vivir pueden comunicarse con ellos al teléfono celular 83715646. J