El fatal paseo de Hernán llegó a su fin tras siete días de horror
Tenues gotas de lluvia caían al mediodía de ayer sobre San Antonio. Setenta kilómetros al sur del puerto, en el cauce del río Rapel, unas gotas aún más suaves adornaban el gris paisaje en que el cuerpo de Hernán Andrés Torres Ojeda era levantado por los buzos de la Armada desde el agua traicionera que le quitó la vida. Tras una semana de intensa rebusca, el fatal paseo llegó a su fin y sus restos pudieron ser entregados a su madre Daniela Jazmín Ojeda Cabello, quien esperó impaciente para dar con la ubicación de su hijo.
La tarde del sábado 11 de octubre, Hernán Torres, a quien sus cercanos llamaban "El Cara de Guagua", se lanzó a nadar al río. Había llegado a Rapel de Navidad junto a su hermano Pablo y un grupo de amigos. Querían disfrutar de un fin de semana inolvidable, sin saber que sólo lograrían sumirse en la tristeza. la desdicha, el llanto, la desazón.
Hernán se lanzó al río y la tragedia comenzó.
Tras ser rescatado del agua, el cuerpo del joven fue llevado hasta el retén de Carabineros de Rapel de Navidad, hasta donde llegaron los detectives de la Brigada de Homicidios para efectuar las pericias destinadas a descartar la intervención de terceros en las causas del deceso.
Por la tarde, la camioneta del Servicio Médico Legal se encargó de trasladar el cadáver hasta el puerto de San Antonio. Se espera que hoy sea entregado a su familia para que sea velado en la calle Olegario Henríquez 1133, pasaje 1, de la población Mirador de Baquedano.
El capitán de Puerto de Pichilemu, teniente Pablo Maturana, estuvo a cargo del operativo de la Armada para rastrear el cauce del río Rapel y reconoció que se trató de una "labor complicada".
"El cuerpo estaba tres kilómetros río abajo del puente, se encontraba flotando por lo que nuestro personal tuvo que orillarlo para recuperarlo", declaró Maturana.
"No es recomendable bañarse en este río, si bien el entorno y el paisaje son engañosos, este río es de control de caudal artificial, es decir que proviene de una represa por lo que el caudal aumenta o disminuye de manera considerable y en un rato bastante breve", añadió el teniente Pablo Maturana, quien llamó a los turistas a evitar bañarse en este cauce.
En la operación de búsqueda además participaron los voluntarios del Grupo de Rescate Anfibio, la Brigada de Rescate Comunitario, efectivos del Gope de Carabineros y del Ejército y vecinos de Rapel de Navidad.
madre agradecida
"Mi hijo me invitó a venir al río para pasar el fin de semana, pero yo no quise. Quiero que la gente lo recuerde como un hijo bueno, un joven tranquilito, que se llevaba bien con todos. Era amoroso, era pololero, me faltan palabras para hablar de él", expresó la madre de Hernán, mientras detrás de cada frase suya aparecía una lágrima y un vil sollozo.
"Mi vida ahora queda destrozada, esto es lo peor que me ha pasado en la vida", admitió Daniela Ojeda abrazada a una de las amigas que la acompañó en los últimos tristes días. J
l El suboficial de Carabineros, Eugenio Bertiola, es el jefe del retén de Rapel de Navidad y dijo que es común que las personas que llegan a la ribera del río tengan conductas imprudentes y arriesguen su vida al nadar sin mayores resguardos. "Nosotros estamos cansados de manifestarles a las personas que deben tenerle más respeto al río porque además el personal de la represa o Central Rapel no nos avisa cuando suelta los caudales. A las personas les repetimos que no se bañen en el río porque no está apto para el baño. No toman conciencia hasta que ocurre una desgracia personal", explicó.
