Por años y años las mujeres han escuchado hablar del Punto G, una zona que estaría ubicada en la pared interior frontal de la vagina y que, al ser correctamente estimulada, produciría mucho placer. Así, ante tan prometedor panorama, muchas pasan toda su vida sexual deseando encontrarlo, pero nunca lo logran y se frustran.
Si te sientes identificada, quédate tranquila ya que un reciente estudio determinó que el Punto G -bautizado así por Ernst Gräfenberg, un ginecólogo alemán que fue el primero en hablar de él- simplemente no existe, es decir, es un mito, un "fraude científico", que por un lado ha sido la causa de innumerables problemas sexuales femeninos y, por otro, "se ha convertido en el centro de un negocio multimillonario", en referencia a la fabricación de vibradores e incluso procedimientos que buscan agrandarlo.
Vicenzo y Giulia Puppo, los autores del estudio -que fue publicado por la revista "Clinical Anatomy"-, incluso fueron más allá y aseguraron que las mujeres tienen un solo tipo de orgasmo, cuya única fuente es el clítoris. En este sentido, los investigadores describieron a éste como un "órgano externo" que no tiene relación anatómica con la vagina.
"El orgasmo 'vaginal' que algunas mujeres reportan es siempre provocado por los órganos eréctiles que la rodean", establecieron.
Asimismo, los investigadores se refirieron a la denominada "eyaculación femenina" también planteada por Gräfenberg y determinaron que las secreciones que se producen cuando las mujeres experimentan un orgasmo provienen de glándulas localizadas cerca del extremo inferior de la uretra.
El tamaño sí importa
"Todas las mujeres tienen la capacidad de sentir un orgasmo y esto se puede lograr con un aprendizaje específico, en el cual la mujeres debe aprender a conocer sus genitales, explorar las sensaciones frente a la auto estimulación, eliminar los pensamientos distractores, concentrarse en el momento que están experimentando, soltar el control y no estar ansiosas esperando que llegue la explosión de sensaciones. Simplemente, entregarse a la posibilidad de sentir", explica. J