Hace dos años la vida de Miguel Alvarez Lizana (58) dio un brusco giro.
Primero su mujer lo dejó por un amigo. Después sufrió la amputación de su pierna derecha, producto de la diabetes que lo aqueja y más tarde se quedó sin trabajo.
Este sanantonino aseguró que la idea de quitarse la vida le viene dando vueltas en la cabeza hace un tiempo, pero sabe que esa no es la solución para ponerle fin a sus problemas.
amputación
"Prefería trabajar que estar en mi casa dándole vueltas a lo que me había pasado. El problema fue que, producto de la diabetes que tengo, se me produjo una herida en el pie derecho. Era algo súper chico, pero cuando pedí permiso para bajarme de la máquina para ir al doctor, mi jefe no me dejó. Pasaron los días y la herida fue creciendo", contó.
"Después en el hospital me hicieron curaciones debido a que la herida estaba muy infectada. El problema fue que los doctores que me atendieron para hacerme las curaciones me dañaron el hueso del pie y finalmente en el hospital El Salvador (Santiago) me amputaron, primero el pie y después parte de la rodilla", agregó.
Según Miguel, a pesar de su condición él siguió manejando buses gracias a una prótesis que él mismo fabricó.
"Cuando pasó todo esto en el trabajo me habían dicho que me iban a ubicar en un puesto de oficina y que si me iba me cancelarían todo, pero resulta que cuando firmé mi finiquito, me di cuenta que me habían jodido porque no me pagaron ni un solo peso a pesar de haber trabajado más de 20 años. Fui varias veces a pedir explicaciones, pero nunca me quisieron atender", contó.
Después de este nuevo golpe, Miguel decidió dar vuelta la página y pedir un préstamo para comprarse una prótesis, que aún está pagando.
"Conseguí un nuevo trabajo de chofer, pero sufrí un accidente en una de mis manos y como estuve que estar fuera algunos días, cuando regresé había perdido mi empleo y tampoco me pagaron nada porque no había contrato ni nada", afirmó.
Todo lo que le ha tocado vivir en estos dos últimos años tienen a Miguel con el ánimo por el suelo, es por eso que está pidiendo una nueva oportunidad.
"Yo no quiero que me regalen nada, sólo estoy pidiendo un trabajo porque no tengo dinero ni para comer. Aún tengo fuerzas para trabajar y necesito hacerlo porque sé que puedo salir adelante", recalcó.
Miguel necesita una nueva oportunidad, por eso cualquier persona que quiera ofrecerle un trabajo puede ubicarlo al teléfono celular 99816269. J