Hola. Nos encontramos con un hombre ejemplar, tildado, en alguna ocasión, como el hombre más bueno de la Tierra.Y es chileno. Me refiero a Benito Baranda, casado, padre de seis hijos, un difusor de bondad.

-Gracias, pero no es tan así como dices.

-Trato de ser bueno. Pero hay muchas personas que son más buenas que yo.

-Rosita, una mujer que recoge basura en La Pintana.

Chilenos todos

-Uf. Mira, yo creo que hoy lo que predomina en nuestra sociedad es el malestar. El malestar social por tantas injusticias que deben ser reparadas.

-¿Qué pasa con el amor?

-Hay amor (voz honda).

-

-Míralo... (mesiánico) Búscalo...

-Cuidado. No te equivoques. El amor reflota. El amor ha resurgido en los jóvenes. Hay muchos, por ejemplo un montón de gente con la que me relaciono, que se han desilusionado del amor. Porque el éxito ya no está en el amor, lamentablemente. El éxito pareciera estar en el mercado. En lo material. Pero en los jóvenes está la esperanza.

-Puede.

-Puede, amigo...¿Sabes cómo? Encontrándonos en la familia. Trabajando para que el ámbito escolar de nuestros hijos no desarrolle sólo lo cognitivo. Y que el mundo laboral deje de ser competitivo.

-De la santidad en ningún caso.

-Tampoco. Pero el chileno cada vez se ha ido acercando más a la pillería.

-¿Qué?

-¿De qué dudas?

-Todos los seres humanos son buenos, amigo (voz serena). Hemos nacido a imagen y semejanza de Dios.

-La bondad está en todos los humanos. Ahora, no puedo negar que el chileno se ha puesto más pesado.

-Lo noto en mis constantes viajes al extranjero. Comparo y aquí el trato ha ido empeorando. Hay prepotencia. Hay enojo.

-No. Pero se ha exacerbado el destruir al otro. No es el mensaje.

- "Uno sólo compite para mejorar con su propio interior..."

Yo, el bueno

-Verídico. Un programa de radio me tiró como candidato sin preguntarme. Durante una semana me hicieron una campaña llena de algarabía pero sin sustento político.

-Mi prioridad es otra. Sé dónde puedo ayudar.

-¡En todas partes de este país yo veo santos!

-En muchas poblaciones. En general, son mujeres. Hay muchas santas en este país.

-No soy santo (tajante).

-Soy muy exigente y trabajólico.

-No creas. Son defectos graves que afectan al entorno de uno.

-No. Pero mi hermano dice muchos y no tengo problemas.

-Nunca. Pero he conversado con gente drogada. Y siento una alta compasión por ellos.

-Una vez, a los 14 años. Me curé.

-Fuertes mareos.

-No.

-Lloro todo el tiempo. Ayer lloré mientras leía un libro sobre el Papa Francisco.

-Mucho.

-Sí, hay cosas felices.

-La felicidad está en dar, más que en encerrarse.

-Nooo.

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