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El dolor del padre que perdió todo por operaciones fallidas

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Humberto Campos nunca pensó que lo que partió como un simple dolor de espalda terminaría en un verdadero martirio que lo tendría casi sin poder caminar por cerca dos años, e inclusive lo haría separarse de lo más preciado en su vida: sus hijos.

"Yo estaba trabajando en el puerto, haciendo una maniobra y me da un dolor en la parte baja de la cadera y caí al piso. Quedé tieso, no me podía mover. Me llevaron al IST, me inyectaron medicamentos para calmar el dolor. Después me citaron otra vez. Me vio el doctor la columna y me dice que esto no es accidente de trabajo, que era hernia lumbar", contó Campos.

Desde ese momento comenzó una verdadera tortura para este vecino de Bellavista. "Hice todos los trámites y me mandaron al Carlos van Buren. Como se demoró la hora, me llamaron de Fonasa que tenían un prestador, que era el Hospital Clínico de Viña. Ahí me operaron en abril del 2013 y el médico, antes de un mes, me dijo que ya no podía hacer nada. Me dio el alta y me vine a San Antonio, supuestamente bien, pero yo seguía con los mismos dolores", explicó este padre de 45 años.

Como las molestias continuaron, Humberto fue operado nuevamente en abril de este año. Esta vez en el Hospital Carlos van Buren. "Salí con los mismos dolores que en la primera operación y que tenía antes operarme el 2013. Después me mandaron a terapia y el doctor me pidió que le llevara la resonancia y cuando la revisó me dijo que veía tres hernias seguidas y que por eso yo no estaba bien", contó con la voz quebrada el trabajador portuario.

Luego de esto, el hombre explica que está a la espera de una junta médica que tome una decisión concreta sobre su caso, "pero no pasa nada. A veces me dan ganas de salir por lo más fácil. Ya no doy más, pero mis hijos me necesitan y por ellos sigo adelante, pero uno se cansa", explica con lágrimas en los ojos este hombre.

Licencias

Además de todas las complicaciones médicas que ha tenido Humberto, desde septiembre que no le pagan sus licencias, lo que agravó su situación financiera y emocional.

"Fui a buscar la licencia cuando correspondía, pero el doctor estaba con feriado legal y nadie quiso dármela y como la presenté atrasada, no me la pagan. La de octubre está aprobada, pero como la otra está rechazada, tampoco me pagan la de este mes", explicó Humberto.

"Esto me ha traído cualquier problema, tengo dos hijos, con nueve y cinco años, que necesitan comer y nadie ve eso", dijo con angustia el hombre.

Separación

Hace casi dos meses que Humberto se separó. Caen las lágrimas por su cara y apenas puede hablar al recordar a sus dos pequeños. "De repente no tengo ni para comer y hago lo posible por conseguirme plata y mandarle a mis niños, porque ellos también tienen que comer. Lo poco y nada que tenía se está acabando. Quedamos en ascuas, ya reclamé a todas partes y nada", dijo impotente el trabajador.

Una de las cosas que más le duele a Humberto es no poder trabajar para mantener a sus hijos. "Yo he trabajado toda mi vida, desde cabro chico y uno se siente impotente al estar así casi sin poder moverse. He pasado humillaciones por montones, uno tiene que suplicar para que las cosas anden y lo peor es que yo tengo que hacer todo, nadie me puede representar. Imagínese, apenas me puedo mover y tengo que andar corriendo de un lado para otro", dijo cabizbajo Humberto. J

l Humberto ya denunció al primer doctor que lo operó en el Hospital Clínico Viñamarino por posible negligencia, sin embargo, explicó que "le coloqué una demanda al primer doctor y en la Fiscalía no hacen nada. Llevo todos los antecedentes, pero nada. Sigo a brazos cruzados y sin tener la más mínima respuesta", dijo el hombre.

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