María Fuentes lleva varias semanas con licencia médica.
"Me ha tocado estar justo en tres asaltos de la panadería (La Perla) donde yo trabajo y con este último quedé muy asustada. Fue muy violento... Lo bueno es que los responsables fueron condenados a diez años de cárcel", reconoce la afectada, quien no logra reponerse del trauma.
La noche del viernes, cuando la mayoría de los chilenos estaba frente a un televisor vibrando con la victoria de la Selección Chilena frente a Venezuela, dos delincuentes ingresaron al almacén "De Agustina", ubicado en Divina Providencia 1450, de propiedad de María y su marido, Antonio Araya.
"Como está con licencia ella se queda a veces en el negocio. Además que esa noche me tocaba trabajar en el puerto", cuenta Antonio.
"Pienso que estos tipos estaban observando de antes porque yo salí del negocio como a las 19.45 horas y estos cabros entraron a las 20 horas. Vieron que mi mujer había quedado sola y aprovecharon", agrega.
María estaba sentada detrás de la caja cuando dos jóvenes, que no sobrepasaban los 16 años irrumpieron en su local, apuntándola con dos armas de fuego, una hechiza recargada y una de fogueo. Además mantenían un cuchillo entre sus pertenencias.
Ambos cubrían sus rostros con la máscara del personaje de la película V de Vendetta, también conocido como Anonymous.
"Me asustaron mucho sus máscaras. Me apuntaron con las pistolas y me dijeron que era un asalto", cuenta la afectada.
"Les dije que se llevaran todo. Después se abalanzaron sobre la caja, sacaron el poco dinero que había, los cigarros y huyeron", agrega.
María salió en busca de ayuda y un vecino fue el que llamó a los carabineros, que minutos más tarde lograron detener a los hampones, quienes se escondieron en las ex instalaciones de Fundación Mi Casa, ubicadas en Baquedano con Las Ñipas, en Llolleo.
Además se recuperaron las armas y las máscaras que tanto miedo le causaron a la víctima, que aún no se sobrepone de esta mala experiencia que nuevamente le tocó vivir. J
l Los imputados por el asalto, que no superan los 16 años, fueron detenidos minutos después de haber cometido el delito. Los adolescentes fueron puestos en manos del Tribunal de Garantía de San Antonio, donde fueron formalizados por robo con intimidación, pero por ser menores de edad se decretaron medidas cautelares de arresto domiciliario nocturno y prohibición de acercarse a la víctima.
