Sorpresa causó en el director del Museo de San Antonio, José Luis Brito, la venta de aletas de tiburón, de la especie tintorera en el mercado de la comuna.
Es que en muchas ocasiones se trata del finning o aleteo de tiburones, una práctica pesquera que consiste en atrapar ejemplares de esta especie, cortarles sus aletas y devolverlos mutilados al mar, donde inevitablemente terminan por morir asfixiados.
Es por ello que cuando Brito se encontraba caminando por la caleta de la comuna le llamó la atención este tipo de comercialización y de inmediato se puso en contacto con el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) de la comuna para informar de lo sucedido.
La ley de Pesca en este tipo de delitos es clara y en el Artículo 5 bis se lee lo siguiente: "Prohíbase la mutilación de las aletas de cualquier especie de tiburón, acción denominada aleteo o finning".... "Si se encontrare una aleta de tiburón en una nave pesquera, sin que esté completa y naturalmente adosada al tronco correspondiente, se presumirá que se ha contravenido lo dispuesto en este artículo".
Según explicó la jefa de Servicio Nacional de Pesca de San Antonio, Erika García, esta práctica es penada y la multa va desde las 50 a las 500 Unidad Tributaria Mensual.
"Estamos investigando este caso en particular, porque se podría tratar de un comerciante que compró el tiburón completo y luego cortó las aletas, en este caso no sería un delito. Por el contrario si se comprueba que pescadores mutilaron al animal mar adentro y luego lo arrojaron al mar deberán pagar la multa", explicó.
García también aclaró que "lo que se busca con esta medida es bajar los índices de captura de este animal que se encuentra en extinción en todo el mundo. Es por ello que estamos fiscalizando continuamente en nuestro puerto a las embarcaciones".
"Las naves tienen que declarar los tiburones cuerpo completo y luego le pueden cortar las aletas. Esto es porque si cortan las aletas mar adentro caen más aletas en las embarcaciones, mientras que el tiburón completo ocupa más espacio", agregó.
Brito, quien denunció este caso, explicó que "lamentablemente por culpa de los países asiáticos esta práctica de aleteo de tiburones ha ido en aumento en todo el mundo y sobre todo en Chile".
"En Asia hay una tonta idea en vender las aletas de tiburón como afrodisiacos y eso se copió acá. Ante no era tan común ver esto en nuestro continente, pero ahora es mucho más común", declaró. J