A las 3.45 de la madrugada de ayer Alejandro Portiño Sanhueza se encontraba en calle Los Aromos de Llolleo cuando tres jóvenes subieron a su colectivo.

Apenas lo hicieron, uno de ellos se le acercó al chofer, sacó un estoque y se lo puso en el cuello. "Maneja callado", le advirtió.

Alejandro Portiño condujo con el arma blanca en la garganta hasta llegar al centro de San Antonio. Ahí sus asaltantes lo obligaron a descender del Toyota Yaris que conducía. Eran las 4.10 de la madrugada.

El conductor de la agrupación de choferes que trabaja por las noches y que se hacen llamar "Los Piratas", quedó en medio de Centenario cuando un colega lo vio "tirado".

De inmediato contó que le habían robado el auto y junto a otros choferes fueron tras el rastro del Toyota. "No podía perder el auto, es mi fuente de trabajo, así es que los seguimos", explicó el chofer.

Accidente

Los tres jóvenes que iban en el colectivo robado tomaron la Autopista del Sol e intentaron ingresar a Cartagena por la rotonda. Según se investiga, debido al exceso de velocidad el conductor perdió el control del vehículo y terminó cayendo a una quebrada de 10 metros de profundidad. La huida acabó cuando chocaron contra un árbol.

Los tres ocupantes del vehículo salieron eyectados desde el taxi colectivo . Todos murieron en el mismo lugar del accidente.

Hasta el sitio del suceso acudió Carabineros de Cartagena y debido a las consecuencias fatales del choque, el fiscal de turno solicitó pericias de la Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito (Siat) de Carabineros. "No se ha identificado quién iba conduciendo, pero éste perdió el control por una causa que se investiga. Una de las hipótesis es el exceso de velocidad", explicó el teniente Carlos Gamboa de la Siat.

Menor

Cuando los cuerpos fueron identificados se descubrió que entre los presuntos asaltantes había un menor de edad.

Joel Armando Aranda Bravo de 15 años viajaba en el vehículo junto a su hermano Giovanni Francisco Aranda Bravo de 22 años.

Junto a los hermanos iba quien fue reconocido como Camilo Christopher Núñez Núñez de 24 años.

Los tres eran vecinos de la población La Legua, en la comuna de San Joaquín, Región Metropolitana.

Portiño llegó ayer hasta el sitio del suceso y desde lejos miraba los cuerpos de sus asaltantes y los restos de su vehículo. "A uno le hace pensar en qué hubiese pasado si me mantienen arriba del auto. Uno sale a trabajar de noche para hacer más dinero para la familia, pero los delincuentes están cada vez más violentos, todo puede pasarnos.", dijo.

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-Sí, son tantos los ataques que sufrimos que terminamos nosotros mismos tratando de recuperar nuestros vehículos. Mis colegas vieron pasar mi auto conducido por otra persona y todos atinaron a ayudarme a ir detrás de ellos. Incluso en un momento roncearon y yo pensé que con eso se detendrían, se bajarían y saldrían corriendo, pero insistieron en seguir huyendo. Luego los perdimos de vista y nos percatamos que habían sufrido un accidente.

-Manejar ese auto era mi sustento.

huevear