Luis MusrrI: "Lo único que tengo en mente es salir campeón con San Antonio Unido"
Luis Eduardo Musrri Saravia tenía 17 años y el momento que había esperado durante toda su vida había llegado. Debutar por el club de sus amores era cosa de minutos para el volante de contención de Universidad de Chile.
Pero esa historia se teje un par de días antes. El 7 de enero 1989, el actual entrenador de San Antonio Unido y jugador de Universidad de Chile por ese entonces, hacía fútbol con la Selección Juvenil. El combinado local se enfrentaba a la U, a cargo de Fernando Riera.
"Era un amistoso previo al Mundial Juvenil. El primer tiempo lo jugué por la selección y en el entretiempo me llama Riera con Luis Ibarra, que era el DT de la selección. Me dice: 'usted es Musrri'. Yo como era cabrochico le dije 'sí', todo asustado. Y luego me dice: 'Vaya al camarín y se viste'. Llego al camarín, me visto y jugué el segundo tiempo por la U. Termina el partido, me llama y me informa que estaba citado para jugar contra Palestino", recuerda.
El cuadro árabe era líder del torneo y era escoltado por Colo Colo, en la quinta ubicación estaban los azules, quienes luchaban por un cupo a la liguilla.
Musrri estaba en el césped del recinto de Independencia. Ahí hacía el trabajo pre competitivo junto a sus compañeros. El volante de contención iba a ser titular, luego de la expulsión que había sufrido el defensa central Manuel Pellegrini, hoy técnico del Manchester City.
La idea del "Tata" era mover al contención Orlando Mosquera a la posición del ingeniero e instalar al joven debutante en la zona del volante de corte.
Al terminar el calentamiento, Musrri y sus compañeros partieron rumbo al camarín, pero antes se llevaron los aplausos del pueblo azul, el que había repletado el recinto deportivo.
"La galería era de lata por lo que se escuchaban fuerte los cantos y los golpes que le daban los hinchas al piso", describe el estratega, quien agrega que "estaba nervioso, era obvio porque era mi debut. Me visto y cuando estábamos a punto de salir a la cancha, se acerca el "Negro" Rojas, me queda mirando y me dice: 'Oye huacho, hueón, vay con zapatillas, qué te pasa'. No me había puesto los zapatos. La media plancha. Me devolví corriendo al camarín y el utilero me dice 'tss estay clarito, ya toma y ponte los zapatos rapidito'", cuenta entre risas.
Pero esta anécdota no terminaría ahí, sino que se extendería hasta después del encuentro. Musrri había sido la figura de aquel partido y tras el pitazo final, el azul recibiría una gran cantidad de premios.
"Salí elegido el mejor del partido y dentro de los regalos, me obsequiaron un calefón. Como no tenía auto tuve que ir a pie a Plaza de Armas para llevarme el premio. Me bajé en la Alameda, camine todo Ahumada y luego el mismo recorrido pero con el calefón en la mano. Es que a mis 17 años ni pensar en tener un auto", rememora.
Así comenzaría una extensa y exitosa carrera como futbolista en el cuadro universitario como se lo había prometido a su abuelo Luis Musrri.
"Como a todo niño, siempre me gustó practicar fútbol y a los 8 años me tenía que arrancar de la casa de mis abuelos porque no me dejaban ir a jugar a la pelota. Una vez me llevó al estadio a ver la U en las típicas jornadas dobles, yo le prometí que algún día yo iba a jugar ahí", recuerda el ex volante, quien como muchos partió jugando como delantero.
"Tras la final de un campeonato de baby fútbol, me regalaron una gallina muerta que me la gané por haber sido el mejor jugador del campeonato. Todos se reían en mi casa, es que era bueno para hacer goles. Hacía de siete para arriba y siempre me llamaban para parchar a los equipos", se cachiporrea.
MALLARAUCO
Luis Musrri nació en la comuna de Peñaflor, ubicada a 45 minutos de San Antonio, pero sus padres eran de la localidad de Mallarauo, situada en la provincia de Melipilla. Desde aquel lugar tuvo que emigrar para seguir con sus estudios y alcanzar el sueño que perseguía.
"Me fui a Peñaflor a la casa de un tío para entrar al colegio. Ahí también jugaba mucho a la pelota y mis compañeros me incentivaron para ir a probarme a la U", narra.
Así fue como junto a su tío Lauriano Herández, con quien vivía, tomó rumbo a Santiago para participar en una prueba masiva que estaba realizando el conjunto universitario.
"De miles de niños quedamos 50, de esos finalmente quedamos 10 y pasamos a los infantil de la U. Estuve con Hugo Vilches (ex DT de Barnechea), Hernán Peña (ayudante de Vilches) y Cristian Silva, entre los más conocidos", enumera.
Así fue como este niño comenzó a hacer carrera en el club de sus amores siendo pieza clave en la obtención de los cinco campeonatos del torneo nacional, dos Copa Chile y una copa que jamás habría querido levantar.
"Sin duda lo más triste que me tocó vivir fue descender con Manuel Pellegrini. Él era un gran entrenador y su forma de jugar nos gustaba a todos. En verdad no sé por qué bajamos", se cuestiona Musrri, quien no se demora en reconocer que "por mi posición dentro del campo de juego era bastante pesado para jugar. Iba fuerte, no me achicaba contra nadie".
"Recuerdo una vez que le pegué una chuleta de entradita al (Marcelo) guatón Vega. Fue para un clásico con Colo Colo. El árbitro toca el pito para dar inicio al partido y voy a buscar al gordo. Le pasan la pelota y le pegue una patada que lo di vuelta. Después ni se me acercaba. Es que era muy bueno el 'toby'", describe Musrri, quien de inmediato comenta que "Vega fue el jugador más impredecible que me tocó enfrentar. Nunca sabías si iba a dar un pase, te iba a eludir o le iba a pegar al arco. A mi gusto fue el mejor 10 del futbol nacional".
Con más de 10 años portando la jineta de capitán, Musrri durante toda su carrera fue un jugador de selección, tanto en las menores o como en la adulta, con la cual llegó a disputar gran parte de los partidos clasificatorios al Mundial de Francia 1998.
"En un partido de eliminatoria cuando enfrentamos a Ecuador allá. El embajador por ese entonces de Chile era Jorge Burgos. Cuando llegamos él nos invitó a una cena y como era de la U, nos llamó a todos los jugadores para mostrarnos su casa. De repente escuchamos un grito muy fuerte. Todos asustados nos quedamos mirando y no sabíamos qué pasaba. Empezamos a recorrer la casa y cuando llegamos a la piscina encontramos a Cristián Castañeda en el agua. Se había caído. Nosotros le decíamos que saliera y él decía que tenía vergüenza, nos explicaba que no sabía cómo había llegado ahí. Después nos contó que no la había visto porque estaba muy oscuro", cuenta el ex pupilo de Nelson Acosta.
"Llegó Víctor Hugo y empezó a retar a Cristian. Le decía que cómo hacía eso, que siempre con la misma llamando la atención y poniendo la nota alta. Fue muy chistoso", enfatiza.
- Sí, siempre dejar lo que uno ama es difícil. Pero son procesos que tarde o temprano llegan.
- Creo que el segundo momento más duro que he vivido en el fútbol fue estar sin dirigir por casi un año. Partí en Melipilla, luego en Palestino, Cobresal y Coquimbo. En todos los clubes había hecho las cosas bien y no entendía por qué estaba afuera. Eso hasta que apareció el SAU.
- Cuando llegué al club me quedé en el hotel de Miguel Ángel Arriaga. Él fue el principal gestor para que yo estuviese acá. Estaba muy cómodo pero la soledad a uno lo mata. Yo soy muy querendón de mi familia y uno los extraña mucho. Ahora estoy viviendo en Peñaflor con mi madre.
Musrri se casó hace 20 años con Alejandra Fuenzalida y tuvo dos hijos. Catalina tiene 19 años y estudia Biología Marina en la Universidad Católica del Norte, mientras que Javier (17) cursa tercero medio en la Escuela Italiana de La Serena.
"Cuando se me dio la oportunidad de llegar a San Antonio evaluamos como familia qué era mejor. Decidimos que yo me venía solo, porque los niños estaban empezando y culminando cosas importantes", expresa.
-En estos momentos pienso sólo en el SAU. Tenemos un grupo de jugadores que están demostrando que quieren lograr cosas importantes. No he recibido ninguna oferta y si eso ocurriera, se evaluaría y lo hablaríamos de inmediato con los dirigentes. Pero hoy lo único que tengo en mente es salir campeón con San Antonio Unido. J
Luis Musrri debutó en el primer equipo de la Universidad de Chile a los 17 años de edad.