Antiguo relojero perdió sus equipos en incendio
Don Luis Hernán Díaz Herrera (70) no pudo aguantar la pena. Ayer, cuando recorría los escombros que quedaron tras el incendio que quemó su taller de relojería, soltó un llanto penoso. Frente a las cenizas que lo rodeaban, su rostro no resistió el fuerte embate del destino.
En la madrugada de ayer, el fuego alertó a los vecinos de la calle Enriqueta, en el centro de la ciudad. Las llamas provenían de la casa de Luis Díaz, el relojero más antiguo de San Antonio. En esa propiedad, él tenía una pieza donde les devolvía la vida a cientos de relojes.
En pocos minutos, el siniestro consumió el lugar de trabajo de Díaz. Pero no todo fue tan malo, ya que su casa, donde vive junto a uno de sus hermanos, se salvó y no resultó con daños.
"Gracias a los bomberos no se quemó todo", dijo Luis, quien trabaja en la relojería Gina, cuyo dueño es su colega Mario Riquelme.
Lo que más lamenta este sanantonino es que las llamas arrasaron con los equipos que utiliza en su oficio.
"Fue terrible esta cuestión, yo todavía no puedo creer lo que pasó", manifestó al admitir que va a requerir una cuota de solidaridad para reponerse de esta cuantiosa pérdida.
"Necesito ayuda para comprar herramientas y las cosas que se nos quemaron", afirmó don Luis, que se inició en este oficio cuando tenía sólo 15 años de edad y bajo el alero de la familia Riquelme.
Las personas que quieran colaborar con este esforzado hombre pueden llamarlo al teléfono celular 89184189. J