Dos experimentados prácticos del puerto de San Antonio cuentan cómo viven sus rutinas de trabajo
El reloj indica las 12.30 horas. En su oficina de la Gobernación Marítima de San Antonio, Carlos Vizcaya ultima los detalles para iniciar las cuatro maniobras en las que durante la tarde participará junto a Jaime Oyarzún, otro de sus colegas prácticos en el puerto.
Vizcaya, un ex oficial de la Armada que llegó a ser capitán de navío, es el práctico oficial del puerto de San Antonio. Su tarea es coordinar el trabajo de los demás profesionales que desempeñan esta función en dicho terminal.
funciones
Los prácticos de puertos o , como se les dice en inglés, son los marinos que se hacen cargo de conducir un buque para que realice en forma exitosa una maniobra de atraque o desatraque.
Cuando suben a los barcos, los colaboran con el capitán para lograr que todo se ejecute bajo estrictas normas de seguridad.
Esta labor es tan importante como la que desarrollan las tripulaciones de los remolcadores, cuya misión es tirar o empujar las naves para que ingresen o salgan del muelle de atraque.
Carlos Vizcaya, de 54 años, llegó a San Antonio en 2010, después de haber pasado a retiro en la Armada y cumplir con el curso de práctico.
Para ser se exige cumplir con ciertas pruebas psicotécnicas, manejar el idioma inglés, tener buena condición física y acogerse a las normas de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar) y de la Organización Marítima Internacional.
Además, para optar a este cargo es requisito haber sido oficial de la Armada o capitán de nave en la marina mercante.
"Como hay tanto movimiento en San Antonio, del orden de 10 maniobras diarias, efectivamente un solo práctico oficial no es suficiente, y por eso tengo la colaboración de 7 prácticos autorizados que vienen a cumplir la misión de tomar un día de guardia y hacer las maniobras", cuenta Vizcaya.
director de orquesta
Tras ponerse el salvavidas de emergencia sobre los hombros y una parka que parece identificarlo como , Vizcaya arma una mochila en la que lleva la radio portátil con la que se comunicará con los demás prácticos. También carga un equipo computacional, similar a una tablet, con la que puede conectarse al puente de mando de los buques y tener acceso a toda la información técnica relacionada a su desplazamiento por la bahía.
"La actividad de maniobrar buques de las características de los que llegan a San Antonio, de hasta 367 metros de eslora (largo), implica que uno hace de director de orquesta y vela por el correcto funcionamiento de la máquina, del timón del buque, informar en inglés al capitán de lo que está ocurriendo, paralelamente dirigir a cuatro remolcadores en ángulo o potencia, y recibir información de dos lanchas que están apoyando la maniobra y simultáneamente coordinar con el terminal el trabajo de los amarradores", explica Vizcaya.
"Todo eso demanda de un esfuerzo que conduce finalmente, cuando el buque realiza la maniobra de manera segura y llega a su sitio de atraque sin ningún inconveniente y salva todos los inconvenientes que se presentaron, a una cuestión gratificante. Siempre hay satisfacción cuando se cumple con éxito la tarea", añade Carlos Vizcaya.
coordinación y fuerza
Acompañamos a Viscaya y Oyarzún en cuatro de las maniobras desarrolladas en el puerto de San Antonio.
Luego de llegar al sitio 1 de San Antonio Terminal Internacional (STI), junto a ambos prácticos subimos por la llamada "escalera de gato" al primer buque que había que desatracar, el HS Baffin.
Abordar el barco en esa escalera colgante es una situación compleja porque hay que estar muy concentrado y, sobre todo, aplicar una coordinación máxima para avanzar con seguridad sin contratiempos. Siempre existe siempre el peligro de sufrir un accidente y caer al mar o, peor, azotarse contra el piso del muelle o bien contra la lancha de apoyo cuando este abordaje se efectúa en medio de la bahía. Agotarse es fácil y hay que tener fuerzas para seguir sin sufrir un accidente.
Avanzamos por los pasillos del buque. Pasamos por la sala de máquinas. Un ascensor nos lleva hasta el puente de mando (cabina del capitán), donde están todos los instrumentos y equipos con los que se domina el destino de la nave.
Sobre las naves, los prácticos dialogan brevemente con el capitán y el primer piloto, que entregan la información necesaria para iniciar la maniobra. En condiciones normales de tiempo y mar, esta faena dura unos 30 minutos. De noche y en medio de un temporal, estos tiempos son más largos.
experiencia
Jaime Oyarzún (59) es un práctico autorizado con 22 años de experiencia. En San Antonio es el más antiguo en esta profesión y antes fue capitán de nave en la marina mercante.
Oyarzún, que desde 2004 trabaja en San Antonio, es un hombre que sube y baja con facilidad la escalera de práctico.
Su habilidad, fruto de sus años de trabajo en estas lides, le permite ser un referente para el resto.
"Uno transmite todos los conocimientos que a juicio de uno se requieren. Este es un trabajo de experiencia, aquí hay parte de teoría, pero el resto son cuestiones que se van aprendiendo en la práctica, y eso es lo que uno enseña como uno de los más viejos", admite.
Para Oyarzún, la labor de los prácticos es parte de un trabajo en equipo, en el cual participan los tripulantes de las lanchas y de los remolcadores y los mismos amarradores en el puerto.
"Si falla uno de esos estamentos, uno debe tener la capacidad de darse cuenta; para eso hay que hacer bien el trabajo; en realidad, como en todos los trabajos, aunque la labor de los prácticos es distinta porque aquí hay un riesgo físico", enfatiza Oyarzún.
En 1975, Jaime Oyarzún egresó de la Escuela Naval como oficial de marina mercante. Navegó por el mundo hasta el año 1992. Más tarde, comenzó el practicaje en Puerto Montt, para después irse a Quintero, Isla de Pascua y luego a San Antonio.
dificultades
Aunque los prácticos son expertos en su profesión, Carlos Vizcaya recalca que "cada maniobra y cada sitio de atraque tienen su dificultad particular, no hay ninguna maniobra igual a la otra".
En San Antonio, las faenas más complejas están en el sitio 9 Policarpo Toro. Como todo en la vida, nada se puede dar por seguro.
El diálogo, vía radio portátil, entre Vizcaya y Oyarzún da cuenta de la relevancia de actuar rápido para enfrentar cada momento de la maniobra.
Se debe evaluar constantemente la velocidad de avance, la cercanía con los demás buques y con el mismo muelle, la velocidad del viento, la potencia de la corriente y de la marejada. Ambos roles, el del primer y del segundo práctico, son complementarios y deben servir para verificar las condiciones de la nave, lo que se hace a través de los reportes al minuto que se cruzan en medio del puente de mando.
"Entre los dos hacemos un equipo", concluye Vizcaya.
"Para nosotros es gratificante contribuir, de alguna manera, al intercambio comercial del país, haciendo que éste pueda ser sustentable en el tiempo a través de las maniobras seguras que realizan los buques", destaca Carlos Vizcaya.
San Antonio
Hasta el año 2010, Carlos Vizcaya no conocía el puerto de San Antonio. Hoy, de lunes a viernes, vive en esta ciudad a la que ha aprendido a querer.
"San Antonio es el principal puerto en movimiento de contenedores y de automóviles y graneles sólidos. Es prácticamente la puerta de entrada de la gran mayoría de los productos y el puerto de salida de toda la agricultura de la zona central, por lo tanto tiene un alto movimiento y por lo mismo, cada maniobra representa un desafío importante", indica Vizcaya.
Después de cuatro maniobras en una sola tarde, y tras casi cinco horas de navegación en la bahía, Jaime Oyarzún y Carlos Vizcaya vuelven a tierra firme.
Suben al auto que los lleva al patio de estacionamientos de la Gobernación Marítima de San Antonio, donde se despiden amistosamente. En pocas horas más, podrían reencontrarse si el puerto los vuelve a llamar. Muy cerca de ellos, las grúas comienzan su tarea, la brisa humedece la cara de la gente del puerto. J
Para ser se
requiere haber
sido oficial de la
Armada o
capitán de
marina
mercante.
"Cada maniobra
y cada sitio de
atraque tienen su
dificultad
particular, no
hay ninguna
maniobra igual a
la otra",
Carlos Vizcaya,
