Quisqueño es el primer trasplantado después de tener un corazón artificial
Ayer recibió el alta médica en el hospital Gustavo Fricke el primer paciente a nivel nacional en recibir el corazón de un donante, luego de vivir conectado a un corazón artificial, dispositivo de asistencia ventricular que le permitió superar sin sobresaltos los últimos 16 meses y del cual fue uno de los pioneros, ya que el quisqueño Carlos Bravo fue la segunda persona en el país que tuvo este implante.
Su madre, Radiz Benavente, detalló que "estuvo un año cuatro meses con este dispositivo, que da vida y la gente llega en mejores condiciones al trasplante de corazón. Pensamos que íbamos a tener que esperar mucho más tiempo, pero el donante apareció muy rápido y estamos eternamente agradecidos, también con los doctores que hicieron esto posible y la fundación Kaplan, que trajeron estos dispositivos".
La feliz madre explicó que "era muy difícil conseguir un donante compatible porque mi hijo tiene sangre del grupo RH Negativo. Cuando nos dijeron que había un posible donante nos pusimos nerviosos, pero estábamos con mucha confianza en los doctores porque los cardiólogos que hay en este hospital son para sentirse orgullosos como chilenos, así que Carlos fue operado el 4 de diciembre y mañana (hoy) lo podrán dar de alta".
no es reutilizable
Con el dispositivo, añadió, "lo único que no podía hacer era bañarse, pero ahora creo que en uno o dos meses más va a poder hacerlo sin ningún problema. Lo que a él siempre le ha gustado es bailar la cueca y por el momento va a tener que esperar un poco más para volver a bailar, porque con la máquina fue más rápido".
Carlos, quien trabajaba en mantención de condominios, señaló sentirse bien tras la operación.
Por su parte, el doctor Andrés Vera, jefe (s) del Servicio de Cirugía Cardiovascular del hospital Fricke, explicó que el dispositivo no podrá ser reimplantado en otro paciente. "La empresa que lo fabrica dice que no se puede, hay razones biológicas también, porque estuvo en contacto con la sangre del paciente y teóricamente no se podría usar algo que ha estado en el cuerpo de otra persona, porque hay riesgos, puede haber infecciones cruzadas".
Atendiendo a que el aparato no podrá ser reutilizado, Vera aseguró que se lo va a llevar "de recuerdo", agregando en tono de broma que lo va a "usar como llavero".
El cardiólogo detalló que el donante fue un paciente de Santiago, de similar edad, que recibió un balazo en la cabeza y explicó que la rápida recuperación de Bravo se debe a que por lo general los trasplantes se hacen en pacientes cuyas condiciones físicas están muy deterioradas, quienes reciben "un corazón bueno en un cuerpo malo, y en esos casos la recuperación es muy lenta, pero en el caso de él, después de un año de recuperación, trasplantamos un corazón muy bueno en un cuerpo que se había recuperado muy bien, por lo que el resultado fue muy bueno".
El doctor Vera ha implantado en varios pacientes el dispositivo y a todos ellos los reunió "para preguntarles qué querían. Él fue el único que me dijo que quería trasplantarse, por eso lo hicimos. Los otros pacientes son mayores y por eso no quieren hacerlo, así que se van a quedar con el dispositivo hasta que ellos digan".
Por su parte, el director del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, Francisco Acevedo, calificó la operación como "una proeza médica, el primer caso en Chile de un implantado al que se le reemplazó esta máquina por un corazón natural".
En tanto, el presidente de la fundación cardiovascular Doctor Jorge Kaplan, Oneglio Pedemonte, destacó que los dispositivos de asistencia ventricular son de una "tecnología cara, pero la fundación respaldó y financió en su momento, permitiendo estos resultados".
A su vez, el director del hospital Fricke, Rodrigo Ahumada, resaltó que "hace un año cuatro meses se colocó el primer corazón implantable en Chile en este centro y a la fecha llevamos cinco corazones implantados en pacientes, lo cual ha permitido que tengan una calidad de vida excelente y queremos destacar que el hospital público puede ser pionero". J
l Carlos Bravo, que padecía de una miocardiopatía dilatada en fase terminal antes del implante, recibió ayer el alta médica.
Tras recibir el corazón de un donante, el paciente deberá tomar medicamentos inmunosupresores de por vida.
Los primeros tres meses son de un control médico estricto y luego de este periodo podrá llevar una vida normal.
