Cenicienta sanantonina: llolleíno busca a la dueña de zapato perdido en la calle
Patricio González caminaba por el centro de Llolleo para ir a comprar a la conocida panadería La Perla cuando vio un zapato femenino tirado en la calle. Es de cuero negro y, al momento del hallazgo, permanecía pegado a la vereda, limpio, intacto y, hay que decirlo, sin olor, como esperando para ser usado.
El hombre se sintió transportado al cuento de la Cenicienta, y se preguntó: ¿dónde estaba el otro?, ¿por qué llegó ahí?, y más importante todavía, ¿dónde está la princesa que perdió su calzado?
Patricio miró para todos lados, buscó por todos los rincones de la intersección de Nueva Providencia con Arzobispo Vicuña el otro zapato, pero no lo halló, tampoco encontró a su dueña.
"Fue como a las 14 horas, como a 30 metros de la panadería La Perla. Yo iba a comprar el pan, cuando vi el zapato desde lejos. Pasaban los autos, pero ninguno lo pisó, se nota que tampoco lo habían pisado (otros vehículos) antes porque mantiene la forma", cuenta.
"Estaba al lado de la vereda paradito, en la posición perfecta, como esperando para ser puesto y me llamó la atención. Otras personas pasaron por el lado, pero a mí me surgieron varias preguntas y lo recogí", agrega el hombre que quiso hacer una buena acción y emprendió la búsqueda de su dueña, o en una de esas, dueño.
Patricio supone que la Cenicienta sanantonina lo perdió en la fiesta de Año Nuevo y que en su casa tiene un par incompleto. "Uno no le sirve de nada", reflexiona el antiguo trabajador de distintas agencias marítimas de San Antonio.
"Tiene el taco intacto, se nota que ha sido poco usado y no está gastado por dentro. Suena feo decirlo, pero no tiene ni olor a pie", describe Patricio el enigmático calzado.
Con el puzzle sin resolver, acudió a diario El Líder para emprender la búsqueda de la princesa descalza.
Pero momento, esto no se trata de un cuento de hadas o de una moderna historia de Disney en que al final de la trama ambos personajes se encuentran y quedan enamorados para toda la vida, sino que de una ayuda solidaria. "Mal que mal un zapato cuesta dinero y sería un desperdicio perderlo", dice Patricio, un querido hombre de familia que no espera convertirse en el príncipe azul de nadie a estas alturas de la vida, pues su trono ya fue ocupado.
El zapato negro se encuentra en las dependencias de diario El Líder disponible para que su dueña lo reclame y nos cuente la otra mitad de la simpática historia, pero tal y como en el cuento, deberá comprobar, calzando su pie, que es la verdadera Cenicienta sanantonina. J
l El zapato perdido es de color negro por fuera y dorado en el interior, marca Via Uno, número 38. Si la dueña reconoce el calzado, este se encuentra en las oficinas de diario El Líder, en Barros Luco 2170, Barrancas.
