La Playa Chica tiene un nuevo soberano: Carlos Veas, el autodenominado Rey del Lomito, se vino con todo su sabor e instaló una sucursal de su tradicional local del persa Biobío para satisfacer el apetito de todos los turistas y vecinos del tradicional balneario. Además de la lomillana, el producto estrella del local es el Lomito de Moras.
"Estuve en el programa Adopta un Famoso con la Carolina de Moras. Ella estuvo seis días en mi casa y es simpatiquísima. De hecho, de repente nos pegamos un saludito. Hasta le inventé un sandwich que a la gente le gusta harto", contó Carlos Veas.
"La llamé cuando estuvo en Viña antes del festival y me respondió. Le dije que fuera ella misma porque es súper agradable y hay que dejarla ser. Es jovencita y se puede equivocar, pero ella sabe como cuatro idiomas, la miran por pava y eso no es muy sencillo, uno apenas puede hablar español", dijo el comerciante de 50 años.
Su local es bastante grande y ofrece, a precios al alcance de todos los bolsillos, una variedad de sandwiches y comida rápida que es "excelente. Nosotros venimos de Santiago, del local de allá, y los valores son los mismos y es súper exquisito. La atención y todo es excelente, un siete", dijo Eduardo Rojas, uno de los turistas que visitó este fin de semana el balneario y aprovechó de pasar a disfrutar con su esposa y su hijo.
"A mí me gusta atender a mi gente y hacer todo sano, cuidando a mis clientes y que disfruten de un buen lomito. Me gusta conversar harto con el público", reconoció Veas.
Su amor
Para Carlos, su gran pasión es su familia. A pesar de que disfruta su trabajo, siempre su prioridad son sus cuatro hijos, cuatro nietos y, por supuesto, su esposa, que lo acompaña hace 20 años.
Confesó que en su época fue "bien picado de la araña", pero que su señora lo hizo entrar en el buen camino y que por eso, tal vez, llevan tanto tiempo juntos. Por lo mismo, ella se preocupa ahora que vino a trabajar solo a Cartagena.
El Rey del Lomito disfruta de compartir con sus seis hermanos. "Somos todos pelados, yo quedé pelado a los 24 años y me rapé altiro. Somos un clan, una familia muy unida, en cualquier problema estamos juntos", contó el comerciante con su tradicional broma a flor de piel.
Sin embargo, al preguntarle por sus padres, sus ojos se llenan de emoción y su voz se quiebra. "La pérdida de mi papá es lo más fuerte, lleva dos años y cinco meses, es fuerte. Mi mamá es un roble, es una mujer de fe, pero a uno todavía le duele", afirmó.
l Al preguntarle por el secreto que tiene para ser El Rey del Lomito, Carlos se ríe.
"El secreto del buen lomito es hacerlo con amor, una buena carne y algunos aderezos que nos los puedo contar porque son secretos del chef", contó con humor.
Los precios de los lomitos son bastante accesibles: tres mil pesos, pero fácilmente pueden comer dos o tres personas de este sandwich.