Surfista por un día en la playa de Santo Domingo: la difícil misión de desafiar a las olas
Tengo un compañero de trabajo que está a punto de abrir una escuela de surf , de hecho a fines de enero va a inaugurarla, es una construcción grande en la playa Marbella de Santo Domingo. Cristian Pavez(mi compañero)se dedica hace muchos años al surf, entonces es seco.
Un día trabajando en Cartagena le conté del miedo que siempre le he tenido al mar y empezamos a conversar, ahí me dijo que por qué no me atrevía a hacer una clase de surf. Lo encontré súper buena idea, porque pensé: me serviría para perderle el miedo al mar, haría un deporte, conozco mejor lo que hace Cristian, también pensé que iba a darme cuenta de por qué está tan de moda el surf y le dije que bueno, que ahí nos organizáramos bien.
En la semana coordinamos y quedamos de vernos a las 9 de la mañana en la playa, pero eso no paso. La verdad es que mi profesor me había prohibido salir el día anterior y la niñita irresponsable no le hizo caso asique, llegue a las 11 de la mañana. Todo empezó mal, que risa, ya estábamos ahí y había que empezar con la clase.
Primero me puse el traje, fue impactante lo apretado y yo sufro de claustrofobia. Creí que no iba a poder respirar adentro del traje, después de que mi profesor con toda la paciencia del mundo me calmó con mi estrés del traje. Me dijo que hiciéramos unos ejercicios para calentar el cuerpo y evitar calambres o dolores post clase.
En ese momento entendí algo fundamental: no hay que carretiar cuando pretendes hacer deporte al día siguiente, es que nunca hago deporte. Pero, no importa porque igual lo pase bien, aunque para la otra no saldría. Bueno, me empezó a explicar cómo usar la tabla, todo esto con mucha paciencia de profesor y obviamente en la arena como de kínder. Y después de eso al agua, yo pensé que se morían de frio, pero con suerte sentía el cuerpo con ese traje. Fue chistoso, sentía miedo y lo hice igual, aunque para mí algunas olas eran tsunamis. Es más mis caras lo decían todo Pavez se mataba de la risa y cuando vi las fotos supe porque.
Jugar a ser niño
Me cargan los deportes, además, fumo como gitana vieja, pero siempre me han gustado las cosas que te acercan un poco a ser niño. Lo que quiero decir, es que reírse con cosas chicas es lo mejor que hay y eso sentí con la clase, como cuando te tiras con un cartón por las dunas. En el fondo es disfrutar tanto el momento que estás viviendo, que te desconectas de todo lo que pasa afuera .Creo que no me paré en la tabla más que la vez de la foto, pero lo pase tan bien de guata tragando agua, que ya le pedí a Pavez que nos organicemos para ver cuando empiezo a tomar las clases. Esa sensación de ser niño o través es bacán, no me hubiera salido del agua si no es porque estaba cansada. La clase permitió que me volviera a sentir de siete años, fue tan así que me paso Lo más cómico de todo el día. Un señor que vendía en la playa se acerca y me dice: "no se preocupe si un día se va a parar en la tabla". Me dio mucha risa, tiene que haber visto todas las caídas porque estuvimos como dos horas tratando de que yo hiciera algo en el agua y nada. Solamente chapoteaba, y el señor decía: "se notan al tiro cuando están en su primera clase", fue muy chistoso. Cosas así son las que de repente se nos olvidan y una simple clase, una tabla y el mar pueden hacerte recordar.
Naturaleza
A parte de que me reí un montón con la clase, encontré un deporte entretenido y que te conecta con la naturaleza. Eso es lo mejor de todo, ahora lo pienso y cómo desaprovechamos tanto el beneficio de tener playa. No importa si no aprendo este deporte en particular, porque por lo menos ya sé que puedo bañarme y no tener miedo, con eso estoy lista para empezar a ir a la playa. No iba a bañarme hace mucho tiempo, no puedo ser tan pava de no meterme al mar si vivo acá.
Tragué mucha agua salada y medité sobre el mar. Es inmenso, su fuerza es inimaginable, tiene tanta vida que yo creo que ese era el miedo que le tenía. Saber que al entrar al mar no tenemos ningún control sobre lo que pueda pasar, pero con la clase sé que para mí fue como aprender un juego, empecé a ver de otra forma esa infinidad de las olas. Ahora eran una oportunidad de jugar, como cuando te toca tirar los dados, exactamente lo mismo.
Ahora entiendo que les guste tanto el surf, porque es súper entretenido, yo lo pase chancho en mi clase. Ahí cayéndome, muerta de la risa. Es un deporte muy lindo, antes pensaba que rara la gente, uno hace surf y todos quieren hacer surf, Pero, la verdad es chistoso, tiene su onda.
Motivación
Lo que más me impactó, fue la motivación que se necesita para ser un deportista destacado en esta área. Analizando lo que iba a escribir en la nota, me di cuenta que Pavez es jugado porque por un lado es un deporte caro, que no es fácil y al que hay que dedicarle bastante tiempo, me imagino.
En conclusión el que quiere ser seco puede, pero tiene que estar caleta en el agua. Onda mínimo un par de horas al día, a parte cuidar mucho el físico y la alimentación, todas esas cosas. Es un deporte que necesita a alguien muy constante o no funciona. Los surfistas son sacrificados igual, pero lo pasan bien y eso es lo importante. Además, el surf te abre puertas, por ejemplo Pavez: es impresionante, cómo el surf lo ayudó a abrirse a un mundo nuevo.
Generar relaciones humanas con todo tipo de gente, sin importar: clase social, edad, religión o color es algo maravilloso. Viajar y conocer distintas culturas, también es algo espectacular y que siempre me ha llamado mucho la atención. El surf permite todo eso, Cristian lo ha hecho a su manera, tiene amigos por todo el Litoral Central, conoce todas las playas de la región y todo por hacer lo que más le gusta. También, tiene grandes historias para contar producto de la pasión por este deporte.
Salir del agua
La peor parte es tener que salir del agua, entre que quería salir por el cansancio y no quería porque cómo iba a salir si no había podido pararme un poquitito. Entonces, era como una más, ya pero ahora si una más, la última y me salgo. Yo creo que la gente obsesiva se hace adicta, porque es como que te tiene que salir y aparte es entretenido, entonces pueden pasar fácil todo el día adentro.
Bueno al final me fui, me despedí de Cristian, me cambie el traje que fue de nuevo un poco traumático. Ahí me di cuenta que estaba insolada, tenía sueño, hambre y esa fue mi experiencia de un día en clases de surf. Me sentí muy feliz de estar ahí, lo pase muy bien, me reí mucho y aprendí: Hay que usar bloqueador, el deporte puede ser entretenido y hay que ir a la playa más seguido, no hay que perderse algo tan bacán. Bañarse en el mar es lo más rico del mundo, si existe la posibilidad de hacerlo, hay que ir. J
