"Indigentes" de Cartagena: la otra cara del "turismo" de verano en el Litoral Central
Para muchos veraneantes, Cartagena resulta ser el paraíso terrenal cuando se trata de pasar la temporada estival sobre el cortejo de las olas. Y cómo no encontrarles la razón, si por algo el balneario tiene la reputación de haber sido el lugar de descanso y veraneo de la aristocracia chilena en décadas pasadas.
Su atractivo es tal que hasta el mismísimo padre del Creacionismo, el poeta Vicente Huidobro, utilizó como inspiración sus hermosas playas para escribir sus poemas, dejándolos plasmados en varias obras líricas que hasta el día de hoy invitan a miles de curiosos a recorrer y disfrutar sus parajes.
otra realidad
Pero los tiempos han cambiado. Claro está. En las calles del balneario ya no se ve a esa antigua elite chilena. Con el correr de los años Cartagena se popularizó y terminó convirtiéndose en el lugar de veraneo de millones de chilenos pertenecientes a todas las clases sociales.
Aprovechando la cercanía con Santiago, cada día de verano llegan a las playas Chica y Grande cientos de familias en busca de descanso, carrete o de una oportunidad comercial.
Pero no todo es felicidad en el balneario, ya que la masificación también ha significado la llegada de decenas de individuos que se dedican solo a causar problemas en la comuna. Y esto es precisamente lo que tiene indignado a Francisco Barisione, uno de los comerciantes más antiguos de la zona.
El dueño del conocido restaurant Fa-Fra está aburrido de ver cómo cada verano arriban a Cartagena afuerinos que sólo se dedican a ensuciar la playa o pedir dinero en las calles, haciéndose pasar por vagabundos o por residentes de la comuna. "Son personas jóvenes que viene de afuera, más que nada de Santiago. Se ganan a dormir en las playas, o comienzan a machetear en las calles pidiendo plata para tomar (alcohol). Dicen que son indigentes, pero eso no es verdad".
defecan en la playa
Barisione acusa que "en las mañanas uno los ve durmiendo la mona cerca de la terraza o en las veredas. Incluso se ponen a defecar y orinar en la playa, y por las noches pelean con cuchillas. Nosotros tenemos derecho a vivir y a trabajar tranquilos".
El comerciante sabe de lo que habla. Sus 60 años de vida los ha pasado en el Litoral Central. Y su negocio, una herencia de su padre, ya tiene medio siglo funcionando en Cartagena. Actualmente vive con su esposa y su hija menor en un departamento dentro de su local y ha tenido que presenciar cómo cada año gente que no es de la comuna se dedica a causar desórdenes y a ensuciar las tradicionales calles y playas.
"Estos tipos son unas verdaderas jaurías. Hacen lo que quieren acá en la zona y después huyen o se esconden. Todo el día están pidiendo plata y molestando a los turistas, y los fines de semana, cuando están copeteados, se ponen a pelear por las noches. Los carabineros no puede hacer nada más. Llegan y se los llevan presos, pero al rato ya están de vuelta en las calles. Nosotros nos esforzamos por mejorar la imagen de Cartagena, pero esta situación sencillamente la está mancillando", expone.
La otra cara
Barisione nos invita a pasar a la terraza de su local para enseñarnos algunos de los lugares donde estos supuestos "indigentes" se instalan para machetear dinero a los verdaderos turistas. Al mismo tiempo, con su dedo señala a algunos inspectores municipales que pasan tranquilamente cerca de ellos sin decirles nada.
"¡Mire usted mismo!", reclama furioso. "Los inspectores municipales pasan al lado y no les dicen nada. Sólo se dedican a pasear por la playa, y después cuando empiezan las peleas, unos los anda buscando por todas partes, pero desaparecen como por arte de magia".
Y es que el problema ha afectado mucho al comerciante, que asegura que las autoridades municipales tienen constancia de la situación, ya que ha reclamado en reiteradas ocasiones.
"Yo he llamado varias veces a los concejales y les he planteado el problema, pero hasta ahora no han dado ninguna respuesta. Claro, estos tipos vienen aquí en verano a causar desorden, pero nosotros somos los que pagamos impuestos y los que sufrimos estos problemas. Hay 5 ó 6 concejales, que alguno de ellos venga para acá y vea lo que pasa aquí", expone, mientras desde su terraza apunta a uno de los supuestos "indigentes" pidiendo playa a los peatones.
en plena playa chica
Decidimos dejar el local de Barisione y junto a él nos trasladamos a la Playa Chica para verificar en terreno sus denuncias. En la arena, a pocos pasos de la Terraza y de las rocas, hay tres de estos supuestos "indigentes" durmiendo plácidamente. Dos de ellos lo hacen sobre un añoso colchón, como si estuvieran en su dormitorio. Son las cuatro de la tarde y el sol pega fuerte en Cartagena.
Más allá, cerca de una subida que conecta con la Playa Grande, aparece otro joven que está tendido en la vereda, también durmiendo. A los pocos minutos se levanta y se coloca cerca de la entrada de un local y comienza a pedir dinero a los transeúntes. Algunos pasan de largos, mientras otros se detienen para darle algunas moneda.
Pide solución
Barisione señala que este panorama no siempre ocurre con la misma intensidad. El verano anterior, por ejemplo, dice que fue más tranquilo. Sin embargo, afirma que para esta temporada "se han sobrepasado todos los límites de la paciencia", y anuncia que no aguantaran otro año sin obtener una solución de las autoridades comunales.
"Esto de verdad que ya no da para más. He insistido mucho a la municipalidad para que se haga algo, ya que esto está generando una mala imagen, y al final los que pagamos somos nosotros, los que vivimos aquí. Aquí, cuando vino la Presidenta Bachelet, hicieron una limpieza total. Colocaron una pantalla enorme y todo, pero se fue ella y volvió todo a estar igual que antes. Se olvidaron de Cartagena", manifiesta el ofuscado comerciante.
Al preguntarle sobre su propuesta para solucionar el tema, Barisione es enfático en su sentencia: "hay que expulsar a estos falsos indigentes".
"No estoy hablando sólo por mí, ya que aquí son varios los comerciantes que están hartos de este tema. Yo la única solución que le doy a esto es que la municipalidad se lleve a estos individuos que solo causan problemas, pero obviamente si propongo eso salen con los derechos humanos. No estoy prohibiendo que no venga gente a la playa a pasarlo bien, sólo estoy en contra de estos sujetos que le generan una mala imagen a Cartagena, ensuciando las playas o causando alboroto", expone sin rodeos.
Finalmente, Barisione hace un llamado a las autoridades regionales para que tomen cartas en este asunto que tiene de patas arriba a casi la mayoría de los locatarios del balneario, y que hasta ahora no ha tenido ninguna solución.
"Yo no he querido causar problemas ni al alcalde ni a ninguna autoridad. Lo que sí agradecería es que este tema lo supiera toda la gente de la comuna. Si las autoridades nos quieren ayudar, ya sea a nivel de Gobierno o de otras instancias, que nos envíen recursos prontamente para terminar de una vez por todas con este problema que está afectando no sólo a los cartageninos, sino también a todos los turistas que quieren descansar y pasarlo bien en Cartagena", concluye Barisione. J
"En las mañanas
uno los ve
durmiendo la
mona en las
calles o
defecando en las
playas",
Francisco Barisione,
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"Estos tipos han
generado una
mala imagen al
lugar y los que
pagamos los
impuestos
somos nosotros",
Francisco Barisione,