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Colectiveros dieron un emotivo adiós al querido dirigente Augusto Arriola

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Autoridades, familiares y una multitud de amigos despidió ayer al histórico dirigente de los colectiveros Augusto Arriola, en la capilla Santa Luisa de Marillac, en Barrancas, y en el cementerio Parroquial de Cartagena.

Entre aplausos y lágrimas le rindieron homenaje por su destacada labor por el retorno a la democracia y por su incansable trabajo en el Coro de San Antonio y en el Centro Provincial de Padres y Apoderados, entre otras instituciones en las que participó en sus 72 años de vida.

Su hijo mayor, Cristián Arriola, no pudo contener el llanto durante la ceremonia religiosa, y lo recordó como un "gran dirigente, que siempre tuvo la intención de ayudar a los demás".

"Don Agustín", como era llamado en su entorno más cercano, adoptó esa identidad para no tener el mismo nombre que el fallecido dictador Augusto Pinochet, un gesto que, según sus conocidos, ejemplificó su lucha por la democracia y la justicia.

El ex diputado Sergio Velasco, uno de sus grandes amigos, recordó a su antiguo camarada de la Democracia Cristiana como un "amigo leal y fiel en las buenas y en las malas. Fue un trabajador por la libertad, uno de los dirigentes más grandes que hemos tenido", agregó Velasco, visiblemente emocionado en compañía de su esposa, la ex alcaldesa Lucía Menares.

Tras la ceremonia religiosa fue acompañado por sus compañeros colectiveros hasta el cementerio Parroquial de Cartagena, donde fue sepultado en compañía de su familia.

"Don Agustín" falleció el pasado miércoles en el hospital Claudio Vicuña de San Antonio aquejado de una falla multisistémica detonada por una diabetes y una insuficiencia renal que habían mermado su vitalidad. J

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