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"Hemos tenido que aprender a vivir con este gran dolor"

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Los 365 días más difíciles de su vida. Así define Rodrigo Pinto, viudo de Doris Leiva Maulén, la querida "Candy Kournykoba", lo que ha sido este año exacto en que tuvo que asumir su viudez, cuidar de su pequeño hijo Rodrigo, de cuatro años, y volver incluso a vivir bajo el techo de la casa de sus padres.

"Cuando la pieza principal del rompecabezas se pierde es muy complicado, porque se desarma todo lo que estaba establecido. Eso me pasó con la muerte de mi señora, fue un golpe que ha sido muy difícil de asumir. Sin una mujer cuesta mucho, eso es algo que no puede negarse", relata el ex arquero profesional de Santiago Morning, pareja durante 13 años de Doris Leiva, con quien vivían en una parcela ubicada en Malloco, comuna metropolitana de Peñaflor.

primer aniversario

Al mediodía de ayer, en la Parroquia de San Antonio de Padua, se conmemoró el primer aniversario de la partida de la mítica y bella sanantonina que fue sin lugar a dudas la número uno dentro del ambiente nocturno nacional con su candente show de "La Kournykoba" chilena.

La parroquia estaba repleta. Familiares, amigos, compañeras de colegio, gente que aún la recuerda, dos de sus hijos, Rodrigo junior y Claudio Leiva, y todos aquellos que deseaban recordar a Doris dijeron presente.

"El cariño de la gente se ha mantenido de forma muy importante, y eso es porque Doris siempre fue muy querida. De hecho, el cura comentó que hace rato no se veía tanta gente en la parroquia, así que nos gustó sentir tanta compañía", agradece Rodrigo.

El viaje desde Malloco hasta la ciudad puerto no es fácil para Pinto. "En el camino me lleno de recuerdos, muchas cosas que pasamos juntos. Los primeros meses me costaba mucho venir, solo era imposible, y agradezco que la familia de acá haya entendido este proceso que nos ha tocado vivir a todos", comenta.

ayuda de sus padres

Volver a estar feliz y tranquilo en la casa que compartían junto a Doris y su pequeño hijo en Malloco fue una tarea complicada. Por eso es que decidió dar un paso atrás y volver a residir con sus padres, que viven en la misma comuna metropolitana.

"Fue como volver cuando más joven, pero agradezco mucho el apoyo de ellos, porque me recibieron de la mejor manera, y me han ayudado mucho para cuidar a mi hijo. También mi hermana Sarelia Pinto ha sido fundamental en la ayuda con el pequeño Rodrigo. Ha sido muy bueno volver a tener ese cariño en ese sentido", afirma Pinto, agregando a dos amigas de Doris que también han sido verdaderas manos derechas para la colaboración. "Ellas son la "Jenny" y la "Fa", que también se han sacado un siete, estoy muy agradecido de todo lo que han hecho por nosotros".

El apoyo de sus hermanos también ha sido constante, y la terapia que decidió seguir tras la muerte de Doris Leiva el pasado 8 de febrero del 2014 fue la de enfocarse en su trabajo con su empresa Asfaltos Malloco. "Traté de concentrarme en eso en vez de quedarme en la casa llenándome de pena y dolor. Trabajando pude estar aunque sea un poco más tranquilo", reconoce.

Mientras el pequeño Rodrigo junior juega y corre lleno de energías por las afueras de la parroquia San Antonio de Padua, Rodrigo Pinto lo calma unos segundos, lo toma en brazos, y le pide que pose con su mejor sonrisa para la fotografía principal que acompaña esta nota. "He tenido que aprender a vivir con este gran dolor que no lo vamos a olvidar nunca. En la ausencia recordamos aún más a Doris", asegura tranquilo. J

l A las 12.30 horas comenzó ayer en la parroquia de San Antonio de Padua el primer aniversario de la muerte en un trágico accidente de la querida Doris Leiva Maulén, "La Kournykoba" chilena.

Las bancas se llenaron con familiares, amigos y fans de la sanantonina, primando en la ceremonia mucho respeto entre todos.

"Queríamos venir a darle un saludo de parte de los sanantoninos, porque ella siempre nos dejó bien puestos en todos los lugares de Chile en que estuvo", comentó uno de los asistentes.

"El cariño de la

gente se ha

mantenido de

forma muy

importante

hacia Doris".

Rodrigo Pinto,

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