La historia del carrobomba de El Totoral que no tiene bomberos
Eduardo Richards, de 70 años, lleva una década intentando cumplir su sueño: levantar un cuartel de bomberos en la localidad de El Totoral, en El Quisco.
El año 2005 comenzó a gestionar su idea y recién cuatro años después pudo lograr un importante aporte: un carrobomba impecable traído desde Estados Unidos directamente al Litoral Central.
El importante implemento sería la piedra fundacional de una brigada de bomberos que tendría como objetivo proteger los hermosos paisajes a ese apartado rincón de la provincia de los voraces incendios. Sin embargo, una serie de descoordinaciones y problemas convirtieron al flamante carro en una pieza de chatarra y también en un gran dolor de cabeza para Richards.
la joyita
La máquina fue donada por el Rotary Club de Stanfors-Breakfast Inc, de la Florida, Estados Unidos, a su similar de San Antonio, luego de las intensas gestiones de Eduardo.
Se trata del carrobomba marca GMC, modelo 7000, del año 1984, que al momento de llegar a Chile estaba en perfecto estado y con capacidad para dos mil 600 litros de agua.
De esa joyita queda muy poco. La máquina lleva años guardada en una bodega donde está cubierto de polvo, "pudriéndose", sin nunca haber sido usada.
"Ya no quiero ni verlo porque me da pena en las condiciones que está. Nunca se le hizo una mantención, ni se le cuidó como debía", cuenta Eduardo Richards a diario El Líder.
los problemas
"Mi intención era que se formara un cuerpo de bomberos en El Totoral porque es una zona en que cada verano hay mucho incendio forestal y yo pensé que sería una buena forma de colaborar", agrega el hombre.
A poco andar, Richards se consiguió un terreno y logró tener a veinticinco jóvenes inscritos para formar el nuevo contingente bomberil. Todo iba bien hasta que comenzaron los problemas, según él, el cuerpo de Bomberos de El Quisco, lo tramitó, le hicieron promesas que no se cumplieron y no quisieron ocupar el terreno donde se emplazaría el cuartel.
"Se negaron a ocupar el sitio porque según la normativa tiene que ser un terreno de mil metros cuadrados y porque había una hipoteca, pero yo me conseguí un comodato por veinte años con la dueña del predio y para el tiempo eso ya está pagado", agregó.
"Lamentablemente tampoco se le ha dado otro uso, un carro así podría servir a otro cuerpo de bomberos de la provincia, pero esto tampoco se pudo", detalló.
"He ido a montones de reuniones con las autoridades, me han dicho que me van a ayudar, pero ya me estoy cansando de todo esto. Perdí todos los voluntarios que estaban dispuestos a ayudar porque se empezaron a desilusionar de todo esto", contó.
En Alemania
Eduardo vive hace más de cuarenta y cinco años en Alemania, donde se instaló gracias una beca del Rotary Club. A pesar de tener ganas de retornar a su país, se quedó en Europa por la compleja situación interna que vivió Chile en las décadas del setenta y ochenta.
"Cuando salió Salvador Allende tenía ganas de volver, pero mi papá me dijo que mejor me quedará allá, después cuando Pinochet estaba en el poder también decidimos que estaba mejor en Alemania", confidenció.
Con el paso de los años empezó a formar una vida en tierras germanas. Llegó a ser un director de un importante banco, con más de 700 empleados a sus órdenes.
Pero este ingeniero comercial no solo encontró una envidiable carrera laboral, sino que también formó una hermosa familia que le ha dado grandes satisfacciones. Tuvo dos hijos, uno de ellos pastor luterano, con su mujer de origen berlinés. Junto a ella viaja periódicamente a El Totoral, donde también tiene residencia, para dar una nueva batalla por su anhelado proyecto.
versión de El Quisco
En el Cuerpo de Bomberos de El Quisco declinaron emitir comentarios para ese artículo, pero emitirán una declaración en los próximos días aclarando su participación en la instalación del frustrado cuartel de El Totoral. J
"Ya no quiero
verlo, me da
pena en las
condiciones que
está",
Eduardo Richards,
