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Duro testimonio de discapacitada: "Esta ciudad nos discrimina"

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A los 26 años y con un hijo, Jenoveva Ruiz Durán creía que lo tenía todo: juventud, el amor de su regalón y un futuro que parecía prometedor para esta madre soltera. Sin embargo, una negligencia médica en uno de los hospitales de la Región Metropolitana la dejó en una silla de ruedas.

Una distonía cervical la dejó con movimientos involuntarios en su cuerpo. Esto la ha hecho depender de un cuello ortopédico que de alguna forma calma esos espasmos que la afectan de manera severa.

Fue tanto la intensidad de esta enfermedad, que incluso, como ella cuenta, su cuerpo se cansó y se le hace casi imposible mover sus extremidades inferiores. Una silla de ruedas se ha vuelto su mejor amiga, pero también se ha convertido en un verdadero calvario a la hora de recorrer las calles de San Antonio.

"Durante muchos años no quise salir de mi casa, porque me sentía poca cosa. El mundo se me vino encima con esta enfermedad, más aún cuando uno es joven y con un hijo (Luis Antonio Acuña). Estuve mucho tiempo encerrada en mi casa junto a mi madre (Marta Durán). Ella también sufre problemas de movilidad, porque se quebró la pierna y tiene que usar un bastón para caminar y más encima me sentía discriminada cuando salía a la calle", describe la mujer.

Fue tal su grado de depresión en el que cayó esta vecina del sector de Bellavista Holanda, que incluso entregó un poder a su madre para que le realizara todos sus trámites. Ella no quería saber nada del mundo.

"Cuando salía a la calle muchas veces los colectivos no me paraban. Fue tanto que en una oportunidad tuve que ir donde Carabineros para decirles que me ayudaran. Esta ciudad nos discrimina y uno con silla de rueda se siente impotente", confiesa.

UNA ESPERANZA

Hoy Jenoveva tiene 40 años y hace un par de meses que encontró una pequeña luz de esperanza. Claro, ella se sincera y cuenta que el gran cambio de su vida "fue creer que yo soy capaz".

"Postulé a estos cursos que está haciendo el Gobierno para capacitar a las personas discapacitadas y más que un curso esto me ha significado volver a vivir, volver a sentirme realizada. Aprender con gente de distintas edades, incluso, me hace sentir más joven", explicó la mujer la mañana de ayer, en la Escuela Especial Instituto Psicopedagógico, ubicada en Barrancas.

Hasta ese lugar llegó el director regional del Servicio Nacional Capacitación y Empleo (Sence), Esteban Vega, junto al coordinador provincial de San Antonio, Esteban Hinojosa, y la gobernadora Graciela Salazar para visitar los cursos que se imparten en aquel recinto en el marco del programa +Capaz.

"Hemos podido apreciar la emoción de las 14 personas que se están capacitando en el servicio multicanal para atención al cliente (centro de llamados). Es una línea de trabajo que ha permitido ayudar a 135 personas en las cuatro comunas pilotos: hablamos de San Antonio, San Felipe, Los Andes y Quillota", detalló Vega.

"Vemos la alegría de las personas y de inmediato el desafío por la inserción laboral de estos sanantoninos discapacitados", agregó el director regional, quien además manifestó que tras los tres meses de capacitación, estos beneficiados deberán realizar una práctica laboral de 90 horas.

"A las personas se les entrega un subsidio durante la fase electiva de capacitación y en la fase de práctica se les dan 5 mil pesos diarios y además se considera el cuidado de sus niños. Luego la Omil y la Otec son los encargados de insertarlos en el mundo laboral", contó. J

l "Cuando hablamos de un Chile más inclusivo y solidadario hablamos de esta realidad. Un grupo de hombre y mujeres, desde su capacidad distinta, se está insertando de manera laboral en la sociedad y ese es nuestro compromiso: hacer el esfuerzo para efectivamente insertarlos. Son personas distintas, pero con los mismos derechos de todos", manifestó la gobernadora Graciela Salazar.

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