"Banana" es un bull terrier que desde que llegó a los brazos de Carlos Pacheco (hace casi dos años) comenzó a formar parte de su familia inmediatamente. Un amigo se lo había regalado siendo cachorro, y desde aquel primer día fue enseñándole a su perro para que fuera uno más en su casa. "Lo hice de inmediato parte de mi vida. Que formara parte de nuestro día a día con mi pareja. No es una mascota para nosotros, es parte de nuestra familia", comienza a explicar Pacheco.
Es tanta la complicidad con el can que incluso sus amos le hablan, y "Banana" responde con ladridos y ruidos. Sí, el bull terrier es uno más de la familia de Carlos Pacheco, trabajador portuario y conocido por su afición por el surf.
Por eso es que el corazón le quedó apretado en la garganta cuando la tarde del martes, al llegar a su hogar ubicado en Tejas Verdes, se dio cuenta que su querido "Banana" había sido secuestrado, sin señal alguna de su paradero.
una especie única
Cuando su amigo le regaló el perro a Pacheco, lo primero que hizo fue llevarlo de inmediato al veterinario para sus primeros controles. Grande fue la sorpresa cuando el especialista le indicó que era un bull terrier "de patas largas", una raza que en San Antonio se ve muy poco.
"Es único acá en San Antonio, por lo menos el veterinario que atendió a "Banana" dijo que era el único que había visto acá, por que lo normal es el bull terrier de patas cortas y hocico más ñato. Nuestro regalón es ciento por ciento inglés", comenta Carlos Pacheco, quien es instructor de surf en la playa de Santo Domingo, donde muchas veces llevó a "Banana" para que chapoteara en las olas y se ganara también el apodo de "perro surfista".
Pero el martes algo no calzaba. "Banana" era muy de salir a caminar y jugar en la plaza y rincones que hay cerca del hogar de Pacheco, pero aquella tarde por más que lo buscaban y le gritaban, no habían señales de su presencia en el lugar.
Ahí comenzó la pesadilla. Desesperado el dueño de "Banana" junto a su pareja comenzaron a consultarle a vecinos y amigos si habían visto al animal. Y todas las respuestas eran negativas.
viralizando a "banana"
El siguiente paso fue aprovechar el impacto de las redes sociales, y comenzaron a viralizar fotos, videos e información del perro perdido. Luego de unos minutos, recibieron un dato que los dejó con el corazón aún más angustiado: estaban ofreciendo para la venta a "Banana" en calle Holanda, en el sector alto del cerro Bellavista.
"Fuimos con algunos amigos y mi pareja a ver a calle Holanda, y empezamos a preguntarle a la gente que veíamos sobre "Banana", y aunque no lo encontramos, creo que los que se lo habían llevado desde mi casa se dieron cuenta que estaba siendo buscado por todos lados", relata Pacheco.
Cerca de las 9 de la noche del pasado martes, volvió a su hogar "Banana" luego que fuera devuelto de forma anónima hasta la puerta de la casa. "Seguramente quienes se lo llevaron comenzaron a darse cuenta que si lo vendían tendrían problemas y sabrían de inmediato quien lo había robado. Este es un bull terrier único acá en San Antonio, por lo que hubiéramos dado altiro con su paradero. Ojalá esto sirva para que la gente se dé cuenta que no se puede comprar este tipo de animales a cualquier persona que se lo ofrece", explica Pacheco, más tranquilo al tener a "Banana" de regreso en casa. J
l Una tendencia que se está comenzando a repetir en San Antonio es la de los robos a perros de razas exclusivas (en Santiago y Valparaíso ya es más común) los que pueden ser vendidos por un buen monto por los inescrupulosos que los roban para ingresarlos al mercado negro. "Un perro no puede ser comprado ya de grande, porque se le hace un daño ya que a esa altura tiene todas sus costumbres ya aprendidas. Por eso que al final comprar un perro robado es algo peor para el animal", explica Carlos Pacheco.
