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Cómo se hizo la inédita escultura de una 'selfie marina' en Las Cruces, la primera de Chile

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La moda de las fotografías al estilo 'selfie' llegaron para quedarse. Las populares imágenes que son tomadas con un celular o una tablet abundan en las redes sociales, donde cada día más gente se muestra junto a sus amigos y familiares. Incluso llegó a inventarse un bastón especial para los teléfonos portátiles con el objetivo de que nadie quede afuera de la instantánea.

Desde que este tipo de imágenes se popularizó en la ceremonia de entrega del Premio Oscar en marzo del 2014, nadie quedó indiferente. Autoridades, deportistas y personajes de la televisión comparten regularmente sus mejores momentos con cientos de seguidores virtuales.

Por su puesto, el mundo de las artes tampoco podía quedar ajeno del boom y desde el 15 de febrero que en la playa de Las Cruces, en El Tabo, se puede apreciar la primera escultura 'selfie' del país.

Una obra de cemento de dos metros y medio de alto que reemplaza a la antigua figura de un Cupido que fue brutalmente destruida por un grupo de desconocidos en agosto del año pasado.

La pieza es fruto de la mente maestra del escultor Alejandro Rojas Téllez, quien a pedido de su amigo Andrés Pica Pemjean armó una nueva imagen para reemplazar a la que fue destrozada por los vándalos.

'Se había transformado en un hito de Las Cruces. Mucha gente venía a sacarse fotos con el mar de fondo. De hecho, venía hasta gente recién casada a sacarse una foto con el Cupido. Así que empecé a buscar la forma de reconstruirla', recuerda Andrés Pica.

Aun viviendo el duelo por la pérdida de la icónica figura, el ingeniero civil acudió a Alejandro Rojas para emprender la difícil tarea de revivir al querubín símbolo del amor.

'Él me dijo que era muy difícil, casi imposible repararla, así que empezamos a buscar una nueva', agrega Pica, quien por entonces no se imaginaba ser el mecenas de la llamativa obra.

De esta forma, el responsable de esta escultura comenzó a cranear una obra digna de su predecesora. La misión estaba en buenas manos, ya que Rojas es un artista sobresaliente.

Es licenciado en Artes de la Universidad Católica y el director de dos películas que dieron vida a clásicos de la literatura chilena: 'Ogú y Mampato en Rapa Nui' y 'Papelucho', cintas pioneras de género infantil en el país.

'Alejandro me mostró seis modelos de escultura y elegí esa de la 'selfie'. Me gustó por la mezcla entre lo antiguo y la modernidad', cuenta Andrés Pica.

Con un plan claro en la cabeza de ambos el proyecto se trasladó a Santiago, donde el escultor y el mecenas residen habitualmente.

'Hice una estructura de fierro y luego la cubrí con una malla de gallinero formando como el esqueleto de la escultura. Después le coloqué el cemento y comencé a darle la forma que había diseñado antes', explica Rojas.

'Después la instalamos acá en Las Cruces y seguí con el modelado, con el trabajo de los detalles como el rostro, las manos y el celular', detalla.

'Nos demoramos cerca de dos meses, pero no era un trabajo de todos los días. Lo bueno es que hay herramientas que permiten moldearlo con mayor facilidad, así que no costó tanto', relata el escultor.

¿Pero de dónde surge una idea así? Alejandro dice que surgió espontáneamente de un minuto a otro, pero que obviamente está inspirado en la cotidianidad. Es uno de esos pensamientos que no tienen mucha explicación, pero que sólo nacen en la mente de un artista.

'Me pareció muy interesante esa intención de la gente de estar siempre dejando un registro y de querer compartirlo. Además esa mezcla entre la modernidad y lo antiguo, porque la escultura tiene la forma de una escultura antigua, clásica, pero incorpora un celular y le da un sentido distinto', explica.

A pocos días de instalada en Las Cruces, la obra se convirtió en un fenómeno como el que pretende replicar. Los medios nacionales y locales consignaron rápidamente la genialidad de ambos.

'Pensaba que podía llamar la atención de la gente que pasaba por el lugar, de los que pasean por ahí, pero nunca al nivel que ha llegado', confidencia la mente tras la 'selfie marina', como ha sido bautizada la obra.

'Lo que pasa es que la gente se identifica de alguna manera con eso, porque no es una representación tradicional como la de un personaje a caballo o algo a lo que la gente está acostumbrado. Hace alusión a algo cotidiano', explica.

'Los niños se dan cuanta de inmediato que se trata de una 'selfie', no así la gente más adulta que tiene una brecha con la tecnología, piensan que se miran en un espejo. Ese resultado también es súper interesante', agrega el artista, quien confiesa que tiene en mente crear más esculturas que reflejen el uso del celular.

Y para no ser menos, la escultura también se viralizó en la redes sociales, pues quienes pasan por el lugar no pierden la oportunidad de tomarse una fotografía con la figura de fondo. Es cosa de buscar 'Las Cruces' en Twitter o Instagram para encontrar decenas de fotos de turistas con ella.

'Mi intención es que este lugar de Las Cruces esté más bonito. Además de tener más arte en una zona que destaca por sus poetas, pero no por este tipo de obras que también son cultura', reflexiona Andrés.

'La gente piensa que la escultura es algo antiguo, pero esto demuestra que no tiene que ser así y que se puede dar modernidad', agrega.

Razones para hermosear ese paraje del Litoral Central no le faltan. Andrés Pica Pemjean es parte de una familia que lleva años instalada en la zona. Su tatarabuelo Louis Pemjeam, un capitán de fragata francés, llegó el siglo 19 al país buscando un mejor porvenir para su familia y desde entonces han ocupado la residencia de El Tabo como sitio de descanso.

En el futuro también planea formar un parque de las esculturas y llenar de arte el borde marino.J

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