Alejandra, la ingeniero que sana con terapias naturales y encanta en la televisión local
Hace ocho años que Alejandra Vargas Arias llegó a San Antonio a probar suerte con una farmacia homeopática y a dedicarse a lo que hasta ese momento era un hobby: la medicina natural. "Fue una elección difícil, pero la agradezco porque la calidad de vida ha sido buena y me han tratado muy bien, por eso estoy agradecida de la gente de acá", confiesa.
Alejandra junto con ser terapeuta en medicina alternativa y complementaria, es ingeniera informática, profesión que ejerció varios años antes de dedicarse a las terapias. Desde que llegó a la comuna es panelista de un programa en Canal 2, donde contesta todas las preguntas de los sanantoninos sobre distintas dolencias físicas y emocionales.
Esta ingeniera es una mujer diferente, que tiene algo especial: una alegría contagiosa, pero que al mismo tiempo es una señal que hace confiar en ella casi de inmediato.
Talvez ese mismo carisma llevaron a su consulta iriológica a pacientes con casos muy especiales. "Me pasaron cosas que no le pasan a nadie. Iba a estudiar a Santiago donde éramos 150 personas, casi todos médicos y dos ingenieros, una amiga y yo. Entonces ahí uno expone casos que ve. Acá yo vi a una persona que tenía elefantiasis y hay gente que lleva 30 años de carrera y nunca ha tenido un caso así. A mí me llegaron personas con problemas vasculares únicos, con alergias alimentarias y cosas que tú dices que son muy raras y que probablemente no te lleguen, pero a mí me han llegado varios".
Hay varios casos que la marcaron para siempre. El primero de ellos está relacionado con una mujer que llevó a su hermana para que se tratara, pero ella no creía mucho en la medicina alternativa. "Vi en su ojo que tenía un tumor en el ovario izquierdo y que no era bueno. Se pueden ver las cosas malas en el iris, las buenas a veces no, pero las malas aparecen casi con fuegos artificiales. Éticamente, desde mi rol de terapeuta yo no puedo llegar y decirte que tienes un tumor en el ovario izquierdo y que es malo. Eso debe hacerlo un médico respaldado con exámenes", explica Alejandra.
"Yo le dije a esa paciente que tenía un problema en su ovario izquierdo y que era muy importante que asistiera al ginecólogo ya que su dolencia partía ahí. Le dije que le iba a dar remedios para aliviar las molestias, pero que tenía que ir a un ginecólogo ayer", recuerda.
Alejandra no supo más de la mujer hasta que su hermana llegó a su consulta, ubicada en Pedro Montt 129, un mes después de la primera visita.
"Me dijo que su hermana no había ido al médico y dos semanas después de verme se empezó a hinchar con mucho dolor. La llevaron al hospital y no le encontraron nada en la guata. Lamentablemente, la mujer murió y cuando se le realizó la autopsia el resultado fue que tenía un tumor en el ovario izquierdo, maligno, que había reventado y causado septicemia", relata Alejandra con la mirada perdida y todavía con impotencia en la voz.
Este caso la marcó profundamente, "porque tú te cuestionas, pero mantengo mi postura de que a mí no me corresponde dar ese tipo de diagnóstico, aunque tampoco me lo callo. Yo te digo que vayas al médico y te direcciono. Ahora, cuando pasan casos así hago más hincapié e incluso llamo después para saber si han ido al médico", revela.
Otra historia que Alejandra destaca especialmente es la de César, un pequeño con trastorno del espectro autista. "Llegó a la consulta cuando tenía dos años, junto a su madre. Trabajamos en equipo y le di todo lo que podía dar, investigué, llamé a otros países, pero ella también hizo mucho, cambió la alimentación, investigó, etc. Ella siempre lo ha ayudado con medicinas alternativas y no solo conmigo. Trae remedios naturales de otros países y todo eso".
Lo maravilloso del caso de César es que, luego de cinco años de tratamiento, el pequeño ahora está en el colegio, aprendiendo a leer. "Hoy César habla, juega, está en el colegio, está aprendiendo a escribir y eso es algo genial. Yo no hice magia, la madre hizo el 90 por ciento del trabajo. Ha sido una lucha ardua, pero estoy segura de que va a aprender", afirma recuperando su habitual sonrisa.
Críticas
A pesar de que las terapias alternativas llevan varios años en el país y que la sociedad las acepta cada vez más, Alejandra admite que es común que lleguen personas a su consulta diciendo que "solo van a probar" o que "fueron obligadas".
"No me molesto cuando la gente me dice que no cree en esto, me gusta que me pregunten. Tampoco puedo juzgar porque vivimos en un país donde la medicina alternativa nunca fue regulada y podías encontrar a personas que se dedicaban a esto sin aprenderlo de ningún lado. Además, había gente inescrupulosa que se autodenominaban sanadores y hacían machitunes y estaba todo muy desordenado", asegura.
Por lo mismo, Alejandra es enfática al explicar que la homeopatía es una medicina complementaria a la tradicional. "Las personas también tienen que ver al médico, o sea, yo también lo hago y la idea es acompañar en el proceso complementándolo".
"y esto se va a demorar mucho en hacer efecto".
Los más comunes
A pesar de la variedad de casos con que trabaja, Alejandra manifiesta que hay algunas dolencias que son más frecuentes en San Antonio.
"Las afecciones que más veo son a los huesos. Esta es una ciudad húmeda, entonces la gente tiende a sufrir mucho de los huesos. Se ve mucho la artrosis, la osteoporosis de rodillas, cadera y tendinitis. Esas son cosas de todos los días", señala.
Mamá y esposa
Alejandra también es una dedicada madre de dos pequeñas maravillosas. "Tengo dos hijas, Gabriela, de seis años, y Martina, que va a cumplir once ahora en marzo. Son nuestro motivo de vida", cuenta con orgullo.
"Yo soy oriunda de Rancagua y me fui a estudiar a Santiago, de donde es mi marido que es ingeniero mecánico", confidencia.
Alejandra conoció a Leonardo Silva en la universidad, mientras él estudiaba Ingeniería Mecánica. "Llevamos como 14 ó 15 años casados", indica entre risas. Es que reconoce que el tiempo vuela cuando estás con la persona que te acompaña y te apoya, cuando estás enamorada.
"Mi suegra es químico farmacéutico y ella tiene un doctorado en homeopatía. Y mi suegro (que falleció hace tres años) era matemático y también tenía un doctorado en homeopatía. Él era iriólogo y se dedicaba a esto", rememora, talvez como una forma de explicar la razón de su pasión por el estudio de las terapias complementarias.
Terapias y televisión
Hace 15 años que Alejandra se inició en el estudio de la homeopatía, algo que comenzó como un hobby, pero que hoy la hace feliz. "Luego estudié iriología o iridología, después se fueron sumando las flores de Bach y terapias complementarias como los imanes, los poliedros y varias cosas más", reconoce.
"Cuando me decidí a trabajar en esto y dejar la ingeniería, junto con mi marido pusimos una farmacia en Santiago, en La Florida", agrega.
Gracias a su farmacia, precisamente fue que llegó a la comuna puerto hace ocho años, ya que le habían ofrecido una franquicia acá, que por motivos que califica de "extraños", finalmente no le dieron. "A pesar de eso, con mis socios igual nos arriesgamos. Cuando partimos estuve atendiendo un año gratis, pero tenía a mi hija mayor con poco más de un año y era difícil viajar todos los días y más encima ver nuestra farmacia de allá. Optamos por cerrarla y venirnos. Y es algo de lo que no me arrepiento, sin duda".
Fue precisamente en esta época que la invitaron a participar en el programa Ximena Contigo, de Canal 2. "Creo que me invitaron porque estoy inscrita en el registro de la medicina natural para poder trabajar en el servicio público. Estuve con Adriana Mandiola como tres o cuatro años, hasta que ella terminó el programa en diciembre y me fui. Ximena Arriagada, que está ahora, en febrero me fue a buscar y ya llevo como cinco años con ella", finalizó. J