El viernes de la semana pasada la tensión afuera de la cárcel de San Antonio era evidente. Familiares de detenidos lloraban porque trasladaron a ocho internos hacia el penal de Quillota. Entonces acusaban que en el momento del traslado los reos fueron golpeados y que uno de ellos había sido arrastrado por el suelo mientras lo sujetaban de los grilletes.

Se trató del interno Sergio Vargas, quien denunció ser víctima de una brutal golpiza por parte de dos gendarmes.

Su pareja, Nicole González, fue testigo de los golpes. "Le pegaron antes de que se lo llevaran, iba todo golpeado, lo arrastraban y le seguían pegando", expresó.

Vargas relató a través de una carta que hizo llegar a Diario El Líder desde el penal de Quillota, que ese día, el viernes pasado, fue golpeado en la espalda, pecho, piernas y en la cabeza. "Aún tengo dolores en el cuerpo por los golpes, tengo moretones en todo el cuerpo y unos 'huevos' en la cabeza", manifestó.

El hombre de 30 años denunció que fueron dos cabos de Gendarmería los autores de la agresión.

Además expuso que al llegar a la cárcel de Quillota nadie constató sus lesiones. "Me mandaron directo a la población, nadie me revisó", escribió.

En este sentido Nicole González relató que "fui a verlo a Quillota y está todo moreteado, lleno de lesiones en la espalda y recién el martes lo revisó un paramédico, o sea cuatro días después de que le pegaron", aseguró.

Además la mujer denunció que ella también fue agredida el viernes pasado afuera de la cárcel. "El gendarme me pegó una patada en el estómago", relató.

En este sentido la joven colocó una denuncia y en el hospital constataron que presentaba un equimosis (lesión en la piel).

Sergio Vargas expresó además que "yo por seguridad no puedo estar en un penal distinto que San Antonio, incluso presenté un recurso de protección, pero igual me sacaron de allá, es algo que no entiendo, yo tengo que regresar a San Antonio porque acá corro peligro", anotó en la misiva.

Traslado

Según informaron de Gendarmería el viernes de la semana pasada se produjo un traslado de ocho internos hacia Quillota y que estos fueron seleccionados por tratarse de "líderes negativos".

-Es incomprensible, porque él no tiene ningún castigo, sólo le llamaron la atención y le quitaron las visitas una vez porque le encontraron un celular. Pero tiene buen comportamiento, incluso estaba yendo a clases y tenía autorizaciones para realizar talleres. Si fuera conflictivo le quitan todos esos beneficios. Además de su bolsillo pintó parte del penal y arregló un baño, porque quiere tener buen comportamiento.

La madre del interno, Nelly Fernández, expresó que "mi hijo está preso pagando por el delito que cometió (homicidio) y está tratando de cambiar su vida. Que esté preso no le da derecho a los gendarmes de golpearlo como lo hicieron. Esto fue un abuso, es pasar por encima de los Derechos Humanos, le pegaron hasta que se cansaron", dijo. J

l Desde Gendarmería informaron que cuentan con los antecedentes y que se realizará una investigación interna para esclarecer los hechos.

Pese a que el reo que habría sido golpeado por gendarmes asegura que no le realizaron una constatación de lesiones hasta el martes de esta semana, desde la institución señalaron que lo revisó un funcionario médico al momento de su ingreso al penal de Quillota el viernes pasado.