El relato de una joven que estuvo 23 días en coma y venció a la muerte
El 13 de febrero de 2014 es una fecha difícil de olvidar para la familia Fuentes Guzmán. Araceli, única hija de Julia Guzmán, se desplomó en plena celebración que mantenía junto a sus amigos y padres. Un fuerte dolor de cabeza la hizo convulsionar y terminó internada en el hospital Carlos van Buren, en Valparaíso. Una cefalea fulminante gatilló en un aneurisma doble que la dejó 23 días en estado de coma.
"Estábamos acá en mi casa compartiendo con los amigos de mi hija y de repente Araceli comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza. A los segundos se desplomó y comenzó a gritar. Además convulsionaba y nosotros no sabíamos qué hacer. Llamamos a la ambulancia y se llevaron a mi hija al hospital Claudio Vicuña", recordó Julia en el comedor de su hogar, ubicado en calle Los Huilliches, en Villa Las Dunas.
A la joven de 19 años, al llegar al recinto hospitalario de San Antonio, se le practicaron varios exámenes. Entre ellos un scanner que arrojó el aneurisma doble que había sufrido.
"Las noticias no eran nada de alentadoras. Pese a que no entendían cómo estaba viva después de este accidente vascular, los doctores me dijeron que la esperanza que siguiera con vida era nula", agregó la mujer.
A Julia se le partió el corazón tras la noticia que le dieron los doctores. Araceli es su razón de ser, al igual que la de su marido, quien no quiso dar su nombre.
El estado de salud de esta joven sanantonina se complicó aún más luego que tuviesen que intervenirla de urgencia.
Una vena se le había reventado en su cerebro y la operación era cosa de minutos para salvar la vida de Araceli.
Los doctores consiguieron sellar esa venita que había reventado en el cerebro de la joven, sin embargo, a las horas, esta misma arteria volvió a explotar producto de su hinchazón.
Esta segunda intervención tuvo un desenlace aún peor. Producto de lo inflamado que se encontraba su cerebro, el cuerpo médico decidió arrancarle la mitad del hueso encefálico.
"Los médicos volvieron a hablar conmigo y me dijeron que había dos opciones: la primera era que mi hija se podría morir en cualquier momento. La segunda era que si no se moría, iba a quedar mirando y su cuerpo iba a quedar muerto", describió la mujer.
INESPERADA VISITA
Tras la operación, Araceli cayó en coma. Casi un mes completó la muchacha en ese estado y su madre comenzó a vivir todo un calvario: el destino se había empeñado en arrebatarle lo que ella más amaba.
"Mi hija siempre estuvo consciente de todo hasta que cayó en coma. Pese a que estaba toda entubada, siempre sabía lo que pasaba a su alrededor. Al verla así, me dio mucha pena y tristeza. Sabía que estaba sufriendo y no quería eso para mi hija".
"Cerré mis ojos y me puse a orar. Le dije a Dios que me entregaba a Él. Que iba a aceptar su designio", manifestó más tranquila la tarde ayer junto a su hija que lucha por recuperar su salud.
"Ella quedó muy afectada de su cerebro. La parte izquierda de su cuerpo le quedó en 90 por ciento paralizada, pese a que no se nota a simple vista. Todavía le estamos haciendo exámenes para ver en qué grado le afectó este accidente vascular", explicó la mujer, mientras su hija la mira atentamente.
Fue ella misma quien sorprendería con un estremecedor relato. Durante esos 23 días que estuvo en coma, la joven reveló que escuchaba todo lo que sucedía a su alrededor.
"Las enfermeras cantaban todo el día canciones de Ricardo Arjona. Además, escuchaba todo lo que me hablaba mi mamá. Esto no fue durante los 23 días, pero sí en gran parte de ellos. Lo más fuerte que me pasó fue cuando me iba a morir", reveló.
"Sentía que poco a poco me iba subiendo la temperatura. Sentía que mi cuerpo iba a estallar y que me iba a morir. De repente sobre mí apareció una luz blanca, que quedé mirando fijamente. Era fuerte, pero no quería desviar la mirada hasta que de repente apareció una silueta. Era la de mi abuelo (Julio Quiroz, quien había fallecido hace algunos años). Él me dijo que no siguiera luchando, que me fuera con Dios que con Él no iba a sufrir e iba a estar mejor. Yo le respondí que no, que quería seguir viviendo, que era joven y tenía fuerzas para seguir luchando. Ahí fue cuando desperté y salí del coma", detalló Araceli.
-No hay duda: de puro milagro. No hay otra explicación. J