La dura vida de la madre de una adolescente anoréxica
Trinidad Zúñiga, de 13 años, se hizo conocida a nivel nacional por promover una campaña contra la anorexia y dar su testimonio acerca de esta silenciosa enfermedad.
"No solamente es la anorexia. Esta enfermedad también la lleva a unos trastornos depresivos de gravedad mayor, con ideas suicidas, por lo que ella debe tener un cuidado las 24 horas del día", cuenta Sara Ubilla, la madre de Trinidad, quien desde abril del año pasado ha tenido que luchar junto a su hija que ha intentado suicidarse en tres oportunidades.
Comenzó lacerándose los brazos, huyendo de su casa, intentó tirarse de un acantilado y el 27 de marzo pasado se intoxicó con tranquilizantes. Ha estado hospitalizada en reiteradas ocasiones, sin embargo, cada vez ha sido más grave.
Tras su último intento suicida, Trinidad fue trasladada en estado de coma hasta el hospital Carlos van Buren de Valparaíso, ya que la ingesta de medicamentos fue excesiva, por lo que quedó internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Hoy permanece en el Hospital Siquiátrico Del Salvador en Valparaíso, donde lentamente ha ido estabilizándose. "Cuando se lanzó del acantilado se salvó de milagro, pero la última vez encontró sus medicinas entre mis cosas y se tomó la dosis de un mes", comenta la madre.
- Ella misma se acercó a decírmelo. Eran como las tres de la tarde y estábamos tranquilamente en la casa cuando me dijo que se sentía muy mal y me contó lo que había hecho. Fui al dormitorio y me di cuenta que era cierto.
- Antes que todo no podía perder la calma, así es que la llevé al hospital inmediatamente y como conocían su historial médico, la internaron rápidamente.
Luego de esos momentos de angustia, en los que Trinidad convulsionó en reiteradas ocasiones hasta quedar en coma, ya ha pasado tres semanas con su hija lejos de casa.
"Recién ayer la encontré un poquito más animosa, porque antes no me había podido decir nada. Ella no está muy consciente de las cosas, porque cambiaron sus medicamentos y todavía no tiene mucha reacción. Recién después de cuatro semanas se pueden ver los resultados de este tratamiento", revela.
La fuerte lucha de esta madre y de su familia no cesa. Sara Ubilla está empeñada en golpear todas las puertas y hacer todas las gestiones necesarias para ayudar a su hija.
"Yo siento que ella quiere mejorarse, pero las instancias y las herramientas para hacerlo no están a nuestro alcance. Ella lo ha intentado y lo sigue intentando. Es una lucha diaria y yo espero que salga de esta enfermedad", argumenta.
desafío
"En Chile debería haber un lugar público para jóvenes con trastornos alimentarios. En el país no existe un centro especializado, sólo casas de acogida que están en San Carlos de Apoquindo, en las que diariamente hay que pagar cerca de 400 mil pesos. Eso no está a mi alcance, ni al alcance de muchas niñas que padecen esta enfermedad. La anorexia ya no es una enfermedad sólo para la alta sociedad, es una enfermedad cada vez más común en las adolescentes", expone.
Las gestiones de esta esforzada madre la han llevado a contactarse con otras mujeres del país que sufren con este tipo de enfermedades en sus hijos. Y, según su testimonio, todos los días busca nuevas alternativas para "salvar" a su hija.
"Hasta ahora he hecho todo lo que ha estado a mi alcance por mi hija y no voy a bajar los brazos. Esta es una enfermedad que se trata sólo con amor y mucha paciencia, por eso tengo que estar con ella. Es mi hija y siempre voy a luchar con ella", afirma.
Sara dice sentirse orgullosa de su hija, reconociendo que es una niña muy inteligente, que incluso salió de octavo básico rindiendo exámenes libres el año pasado y se pudo graduar junto a su curso en el colegio Sara Cruchaga. "Este año alcanzó a ir cerca de tres semanas al colegio, y creo que de nuevo tendrá que dar exámenes libres, pero es muy buena alumna y sé que puede", reconoce. J
l El jueves 30 de mayo se realizará un bingo a beneficio de Trinidad Zúñiga en el colegio Sara Cruchaga.
El objetivo de esta cruzada es recaudar fondos para solventar los costos de la hospitalización y los medicamentos de la joven, ya que además su madre se encuentra sin trabajo y se dedica en exclusivo a los cuidados de su hija mayor.
La actividad comenzará a las 20.30 horas y tiene un costo de $3.000, con derecho a 10 binguitos que darán atractivos premios.
"La última vez
encontró sus
medicinas entre
mis cosas y se
tomó la dosis de
un mes",
Sara Ubilla,


