Dramático relato de bombero que ayudó a la pequeña Sofía
Han pasado cuatro días desde el fatal accidente registrado durante la Fiesta de Cuasimodo en Santo Domingo y hasta ahora el bombero Juan Jiménez se pregunta si lo que hizo ese día estuvo correcto.
Eran pasadas las 10 de la mañana del domingo cuando el voluntario escuchó por radio sobre el volcamiento de la carreta que participaba en la fiesta.
Dice que se levantó rápidamente y en cosa de 15 minutos llegó hasta calle De La Ronda, donde se topó con la dantesca escena.
"Todo el mundo gritaba, todo el mundo corría desesperado. Recuerdo a los funcionarios municipales corriendo de un lado para otro, a los huasos corraleros gritando, a todos quienes estaban ahí tratando de rescatar a la niña (Sofía Araos, de 7 años) que se encontraba debajo de uno de los caballos", relata el voluntario.
José Araos (57), el padre de la menor y conductor de la carretela, había fallecido en el mismo lugar.
"¡Saquen a la niña, saquen a la niña!, era lo único que yo escuchaba ese día. Recuerdo que saqué unos guantes y un bolso y cuando iba bajando, un señor me pasa a la niña y me dice 'llévesela, llévesela rápido", añade.
Juan dice que ese momento fue muy impactante para él porque, a pesar de llevar más de 8 años formando parte de Bomberos, esta es la primera vez que debe socorrer a una niña.
"Cuando me pasaron a la niña lo primero que se me vino a la cabeza fueron mis hijas. Yo creo que en ese momento me bloqueé y lo único que atiné fue a salir corriendo, sin pensar en el protocolo que nosotros debemos realizar en estos casos", confiesa.
"Se supone que la menor debía ser inmovilizada, pero cuando yo llegué era tanta la desesperación que nadie se acordó de nada. Además la gente que estaba ahí y que rescató a la menor, lo único que quería era sacarla porque llevaba más de 20 minutos debajo del caballo, sin oxígeno... ella estaba muy mal", rememora.
Dice que lo único que pensaba en ese momento era en salvar a la menor, por eso, sin dudarlo, se subió a la ambulancia y la acompañó hasta el hospital.
"Yo lo único que le decía era 'no te puedes morir, no te puede morir', pero ella iba inconsciente y muy helada. En ese momento lo único que quería era que la niña se salvara porque me acordaba de mis hijas...todo lo que ocurrió ese día fue muy traumático porque esas personas estaban participando en algo bueno, en algo sano ¿Por qué tuvo qué pasar algo así?", reflexiona.
Desde esa mañana, Juan no ha dejado de pensar en Sofía. Asegura que mira a sus hijas y se acuerda de la menor. "Sé que no está bien porque además sufrió varios paro cardiorrespiratorios ese día, además yo soy enfermero y sé que estar tanto tiempo sin oxígeno es grave. Me gustaría tanto que ella se recuperara para poder verla y escucharla hablar. Es muy injusto lo que sucedió. Por eso yo soy tan cariñoso con mis hijas. Quiero aprovecharlas al máximo y a cada rato les digo lo que siento por ellas, porque son lejos lo más importante para mí", reconoce.
protocolo
Juan cuenta que después de dejar a la menor en el hospital regresó al sitio del accidente, y ahí con la mente un poco más fría, se puso a pensar en todo lo que había pasado y en los protocolos que nunca se realizaron.
"Nosotros estamos preparados para este tipo de situaciones, pero eso era distinto. Había que actuar rápido. Sé que no es disculpa y eso lo hablé con el comandante, pero creo que había que estar ahí ese día para saber por qué se actuó de esa forma, además que cuando me pasaron a la niña, yo me bloquee y sólo atine a llevarla a la ambulancia", relata.
Sofía Araos ayer continuaba internada en la UCI Pediátrica del hospital Van Buren de Valparaíso en estado de gravedad. J